La pandemia del COVID-19, que obligó a los venezolanos a confinarse en sus casas como media para evitar contagios, llevó a que muchos buscaran nuevos medios para llevar el sustento a sus hogares. Entre estas personas, están los emprendedores que decidieron convertir su pasión por los comics, la animación japonesa (anime) y los disfraces (cosplay) en su medio para el sustento.
El equipo de Diario 2001 estuvo presente en Caracas Comic Con, el evento más grande dedicado a la comunidad “geek” venezolana, para conocer a algunos de los aventurados que lograron convertir su pasión en negocio. Tal es el caso de Ángelo Chirinos, creador de su propia tienda virtual.
El emprendedor explicó que tomó la iniciativa durante el enclaustramiento por la pandemia. Y para él fue como “cumplir un sueño”.
Relató que “desde muy pequeño crecí viendo anime, especialmente los grandes ‘shonen’, como Bleach, Naruto y One Piece”. Sin embargo, nunca pensó que logaría trabajar con productos relacionados a sus series favoritas.
“Me llegó la oportunidad de importar mercancía y, desde ese punto fue como subir a una montaña rusa. En medio de la pandemia, mi negocio pudo crecer, y creamos cierta fama y una clientela consolidada”, narró Chirinos.
Expresó su satisfacción por este logro, que alcanzó junto a sus dos compañeras. “Estoy muy feliz. Anteriormente me dedicaba a la electrónica, reparación de equipos. Pero a partir de este negocio subimos como espuma. Estoy satisfecho”, admitió.
Entre los artículos más vendidos de su tienda virtual se encuentran los llaveros, anillos y collares, cuyos precios oscilan entre los $3 y 10 dólares.
Las figuras alusivas a personajes del cine, anime y videojuegos, también son muy solicitadas; los precios de estas parten desde los 25 dólares y pueden superar los $100, dependiendo de la calidad.
El arte del Cosplay
Durante la Caracas Comic Con no faltaron los amantes del Cosplay, tendencia que lleva a los aficionados de la cultura geek a personificar a sus ídolos de la animación, cine y videojuegos. Entre ellos se encuentra la cosplayer Johana "Kitty" Gil, quien además de modelar sus propios diseños, también fabrica los disfraces por encargo.
Johana se desempeña como cosplayer y cosmaker desde el año 2015, pero su pasión por el disfraz nació desde que era muy pequeña. “Me encantaba disfrazarme y confeccionar, lo hacía hasta con prendas viejas que teníamos en la casa”, comentó.
Su afición la llevó a crecer en las redes sociales, de tal manera que hoy en día, la invitan a eventos para aficionados como la Comic Con. “Aquí conocí a otros cosplayer que me inspiraron y ahora convivo con ellos en el mismo entorno”, dijo.
Explicó que el costo de los trajes “puede variar, dependiendo del diseño, los detalles y la creatividad. Si no se quiere gastar mucho, no es necesario invertir en tantos materiales. En su mayoría, se utiliza la pintura, pega, foami”.
Finalmente, Johana detalló que la tendencia del cosplay atrae al público de todas las edades, y es una forma de expresar libremente sus gustos. “Es para todo el mundo sin importar la edad. A pesar de o que otros puedan pensar, debe entenderse que esta es una comunidad libre de bullying. Es para no dejar escondido al niño interno que tenemos y desea convertirse en su personaje favorito y disfrutarlo a lo grande”, enfatizó.
Aficionados de los juegos de mesa
Una parte indispensable de Caracas Comic Con son los juegos de mesa; estos presentan escenarios únicos que brindan a los fanáticos un escape a mundos fantásticos, destacó Luis Fernández, conocido como “Luis Joey”, quien es internacionalista y ahora se dedica a la venta de juegos de mesa a través de internet.
Fernández forma parte de la comunidad de “Calabozo Criollo”, dedicada a los juegos de rol y de guerra desde el año 2003. “Tenemos 19 años demostrando juegos de mesa, de rol y wargames”, remarcó.
“Son juegos como Civilization y Colonos de Catán. Hay más de 100 mil títulos diferentes en el mundo del os juegos de mesa, y mi colección contempla más de 519 juegos”, comentó.
A pesar de la gran variedad de ejemplares que ya maneja, siempre está en busca de juegos nuevos, para un amplio público que abarca a aficionados desde los 10 años de edad, y cuenta con aficionados de más de 60 años.
Durante la Caracas Comic Con, Fernández presentó la demostración del juego “hogar dulce hogar”, un título totalmente nuevo que salió a la venta esta misma semana.
Por otra parte, anunció que Calabozo Criollo organizará un torneo para los fanáticos de “Warhammer”, el cual se realizará el próximo 20 de noviembre. Recordó que “este año estuvimos presentes en Bogotá para una competencia con más de 40 jugadores”.
Los juegos de mesa, juegos de rol, y de guerra, pueden conseguirse a partir de los 25 a 30 dólares, según su versión, y alcanzar hasta los 250 dólares en el mercado.
Un lugar para los coleccionistas en Comic Con
El sector de los coleccionistas de juguetes también tuvo su espacio en la Caracas Comic Con. Un ejemplo de la afición por estos coleccionables es el de Justin Fernández, quien se encarga de organizar con sus amigos distintos concursos de la famosa muñeca Barbie.
Fernández es oriundo de Valencia, en Carabobo, pero en esta ocasión se trasladó hasta caracas para concursar en el “Miss Barbie universo”, un certamen organizado por otros aficionados.
Para este tipo de concursos, los participantes realizan nuevos diseños con la popular muñeca, y establecen distintas temáticas, bien sean países o estados. Justin confecciona distintos trajes, de baño y de gala, para las figuras, y luego se enfrenta a los diseños de otros coleccionistas para conocer a la mejor Barbie.
En esta edición de la comic con, fueron tres los diseñadores que se batieron en el “Miss Barbie Universo”.
“Por tratarse de un evento cuyo público es, casi totalmente venezolano, no les pusimos países a las muñecas, porque los venezolanos siempre tendrán a Venezuela en primer lugar”, dijo entre risas.
Detalló que “los coleccionistas buscan muñecas nuevas para hacerles cambios de estilo en el cabello, pintura, pestañas y se visten con diseños únicos”.
Por tratarse de un público “exclusivo, pero exigente”, el trabajo detrás de estos concursos “se remunera de buena manera”, detalló Justin. Y es que el precio de venta de estas figuras parte desde los 200 dólares.
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