AP
La decisión del gobierno estadounidense de recomendar a las mujeres embarazadas que no viajen a los países latinoamericanos donde hay brotes de microcefalia, o zika, no podía haber llegado en peor momento ya que la región apuesta al turismo para ayudarla a combatir una desaceleración económica.
La recomendación hecha por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, con sede en Atlanta, abarca 14 países y territorios de las Américas en los que se ha detectado el virus.
El brote es particularmente nocivo en Brasil, donde han nacido una cantidad de bebés con defectos que las autoridades creen están asociados con el zika en momentos en que el país combate la peor recesión en tres décadas.
Las autoridades de salud brasileñas dijeron el miércoles que la cantidad de casos de microcefalia, un trastorno cerebral poco común en los bebés, había llegado a 3.893 desde que se comenzó a investigar el brote en octubre. En todo el 2014, antes de que el mal comenzase a expandirse por todo el país, hubo apenas 150 casos.
El brote es mala noticia para aproximadamente un millón de personas, una tercera parte extranjeros, que se espera viajen a Río de Janeiro el mes que viene para participar en el carnaval. Los hoteles y otros negocios, por otro lado, han invertido miles de millones de dólares preparándose para los Juegos Olímpicos de agosto en Río.
"El virus del zika puede ahuyentar a mucha gente, incluso a quienes no están embarazadas", declaró Otto Nogami, economista de la escuela de negocios Insper de Sao Paulo.
Una merma en la demanda de China ha tenido gran impacto en las economías latinoamericanas, muy dependientes de las exportaciones a ese país, y sus divisas están perdiendo mucho valor en relación con el dólar y el euro. Una abrupta baja en los precios internacionales de sus materias primas ha afectado sobre todo la minería y la industria petrolera. La devaluación de las monedas locales, no obstante, hace que a quienes tienen euros o dólares les resulte más barato visitar estas naciones.
"Somos uno de los pocos sectores que no sufren porque el dólar se fortalece", declaró Sandra Howard Taylor, viceministra de turismo de Colombia, poco antes de viajar a España para promover a su país en una feria internacional de turismo. El año pasado el turismo extranjero aumentó un 9% en Colombia.
"Estamos tratando de aprovechar el máximo esta situación porque no sabemos cuánto va a durar", dijo Howard.
En el puerto de Barranquilla, donde tiene lugar el carnaval más grande de América Latina después del de Río, las autoridades han estado educando a la gente sobre los síntomas y han exhortado a las mujeres a que no queden embarazadas por al menos seis meses, hasta que pase lo peor de la epidemia. En total hay más de 13.500 casos de zika, confirmados o bajo sospecha, en Colombia.
Wendy Ferrer, que dio a luz hace dos semanas una niña sin problemas, dijo que se considera afortunada porque vive en un barrio pobre de Barranquilla que ha sido muy afectado por el virus. "Los médicos me dijeron que tuviera mucho cuidado durante mi embarazo y gracias a Dios todo salió bien", expresó Ferrer mientras esperaba ser recibida por un pediatra en un hospital público para una visita de rutina.
Ricardo Pérez Cuevas, especialista en temas de la salud del Banco Interamericano de Desarrollo de Washington, dijo que el potencial impacto económico del virus no se limita al turismo.
Señaló que un estudio de los costos de otra enfermedad transmitida por los mosquitos, la chikungunya, en La Reunion, un departamento ultramarino francés en el océano Indico, en el 2005, reveló que los costos médicos aumentan sustancialmente y las empresas se ven afectadas por un fuerte ausentismo de empleados que contrajeron el mal.
El dengue y la chikungunya —otros dos virus que provocan fiebre transmitidos por el mismo mosquito que propaga el zika— infectaron a más de 3 millones de personas en la región el año pasado, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud.
Los países de todo el hemisferio occidental han estado tomando medidas para combatir esos mosquitos en años recientes.
Científicos de Brasil, Panamá y las Islas Caimán han experimentado soltando mosquitos estériles modificados genéticamente para tratar de interrumpir la reproducción del insecto. Las máquinas fumigadoras han pasado a ser algo común en muchas ciudades latinoamericanas.
Pero la forma más efectiva de combatir el mal es tomando medidas preventivas. El ministro de salud de Brasil Marcelo Castro dice que trata de detectar los sitios donde el mosquito se puede reproducir, lugares donde se junta el agua, durante sus caminatas matutinas.
"Tengo el radar siempre encendido. Si veo vidrios, una botella o cualquier cosa en la calle, la tiro a la basura", afirmó Castro. "Todos tenemos que hacer lo mismo, porque si el mosquito viene a reproducirse, es algo de terror".
2016-01-21