Naysai Saavedra
La comercialización del café detallado ha ido proliferando en los últimos tiempos, ante la escasez y la dificultad de los ciudadanos para adquirir el kilo del producto en polvo, tomando en cuenta que este rubro suele ser de alto consumo para el venezolano.
En los últimos años se ha multiplicado el número de personas que deciden montar un tarantín en la calle para vender, ya no un kilo, medio, o un cuarto de kilo, sino hasta 50 gramos de la preciada semilla molida. En algunas zo-nas del centro de Caracas, así como en San Martín, La Vega, Catia y Quinta Crespo se pueden encontrar, al menos, dos tarantines por cuadra.
Casi un lujo. El costo es otro aspecto que tampoco tiene freno, el precio del café es elevado y está fuera del alcance de todos los venezolanos, pues para algunos tener de este producto en su hogar, para tomarse aunque sea una tacita diaria, se ha convertido en un lujo.
Aunque los vendedores insisten en que la ganancia no es muy alta, variando entre los Bs. 3 mil cinco mil diarios, o-tros consideran que la ganancia es “más que suficiente”.
En la calle se comercian 50 gramos en Bs. 500; 100 gramos en mil; 200 gramos -en algunos casos 220- en Bs. 2 mil, un cuarto de kilo puede costar hasta Bs. 3.500, medio kilo en Bs. 6 mil y el kilo varía entre Bs. 12 mil y 15 mil, dependiendo de la calidad o la marca. Sin embargo, algunos de estos vendedores no tienen pruebas de su calidad, presentan el café -ya molido- en bolsas genéricas de plástico, lo que produce desconfianza en los compradores.
Ver para creer
El año pasado muchos ciudadanos denunciaron que habían ad- quirido café detallado y que este no era más que el residuo -la borra- o se encontraban con que el producto había sido mezclado con aserrín para rendirlo.
Para evitar esta situación, algunos de los comerciantes se han curado en salud y llevan los granos en la bolsa original, y con una máquina manual lo muelen frente al cliente, lo que ha causado buenos efectos, pues aseguran que la gente lo está llevando sin reservas, solo frenadas por el precio.
Disponibilidad
Se conoció que las formas de conseguir el producto son variadas. Algunos aseguran adquirirlo de forma “bachaqueada”, otros admiten realizar largas colas en supermercados o en locales de venta regulada, mientras que algunos hacen uso de sus “contactos” para adquirirlos directamente desde el estado Portuguesa, específica- mente de la localidad de Biscucuy.
“Es que si del café regulado – “el barato”- dependiera, nadie tendría y no habría disponibilidad para la venta detallada”, indicó una de las vendedoras que prefirió mantener el anonimato.
Otros indican que hacer colas o pagar una parte de cuota de transporte para trasladarlo del interior del país, también tiene su esfuerzo y precio adicional.
En esos tarantines, otro de los productos que se puede encontrar es azúcar detallada; la mayoría vende la bolsita -cercana a los 50 gramos- en Bs. 500, otros expenden los 200 gramos en Bs. 2 mil.
“El vasito chiquito”
Por o-tra parte, los vendedores ambulantes de café continúan ofreciendo el producto a pesar de que se han limitado a vender la cantidad más pequeña. Por Bs. 150, cualquier transeúnte puede saborear unos sorbitos del va- so más pequeño de la anhelada infusión. Pero, pesar de que cuentan con una clientela alta, indican que apenas les alcanza para sobrevivir.