Arnoldo Arcaya | [email protected]
La inflación, el desabastecimiento y los incrementos de salarios y bonos de alimentación hacen que los condominios se las vean negras.
“Este ha sido nuestro peor año. Siete de cada 10 casos que recibimos diariamente en micondominio.com son para plantear situaciones críticas con relación a las trabajadoras residenciales (imposibilidad de reunir el dinero para cumplir con los nuevos montos); dificultades para cubrir labores de mantenimiento o reparaciones vitales para el funcionamiento del edificio; y aumento en la morosidad”, explicó Elías Santana, coordinador de Mi Condominio, organización fundada en 2000 y que busca que Venezuela sea un país de copropietarios.
Numeritos. Según José Soto, presidente de la junta de condominio de Residencias El Carmen, ubicadas en El Marqués, municipio Sucre, en enero pasado el monto total de gastos que se distribuyó entre todos los copropietarios, de acuerdo a su respectiva alícuota de participación, fue de Bs. 59.398, y en septiembre se ubicó en Bs. 213.191.
“Esto significa un incremento total de Bs. 153.793, equivalente a 258,9% de aumento global en lo que va del presente año”, afirma.
La elevación más significativa es la del trabajador residencial, el cual a comienzos del año representaba un egreso de Bs. 20.914, y ahora es de Bs. 81.278; subió 288,6%.
“Respecto a nuestra empresa administradora, en enero de 2016 los honorarios profesionales eran de Bs. 9 mil mensuales y a septiembre de 2016 los mismos han alcanzado los Bs. 35 mil por mes”, señala. Aumentó 288,9%.
En un conjunto residencial ubicado en Santa Mónica, municipio Libertador, el vocero de la junta de condominio -que pidió no ser identificado- coincide con Soto. Este año los gastos de sueldos y beneficios se triplicaron; los equipos de limpieza han subido 500%, y el servicio de mantenimiento de los ascensores aumentó 400%. “El pago del condominio por copropietario llegó a 150% porque estamos haciendo lo mínimo necesario para funcionar, pero han quedado trabajos por fuera. Por ejemplo, no hemos podido impermeabilizar”, cuenta.
Alternativas. Elías Santana apuesta que ante esta situación los condominios intenten mantener la calidad de vida. Los miembros de la junta deben ser los más trasparentes posibles; tienen que hablar de los gastos, del presupuesto, los ingresos, y los nuevos costos de los productos. En general, recomienda:
– Analizar el edificio y las áreas comunes, y así ver las oportunidades para hacer un condominio y una comunidad más productiva.
– Detectar opciones para utilizar fachada o azotea para publicidad. En la parte de arriba del edificio se puede alquilar espacios para antenas de telefonía, y las áreas comunes para actividades recreativas.
– Determinar si se puede organizar una vendimia mensual -o quincenal- invitando a los vecinos de la zona para que sus residentes alquilen puestos en la sala de usos múltiples y vendan sus productos. Gana el condominio y gana cada uno de los vecinos (para tener más ingresos y poder pagar cuotas más elevadas).
– No tomar decisiones apresuradas que disminuyan su nivel de vida personal y comunitario (conserje, seguridad). Detecte oportunidades de ahorro y disminución de gastos regulares.
– Buscar opciones de apoyo y aporte de los vecinos, incluso reconociendo su esfuerzo económico pero a un precio menor que el del mercado.
Morosos. Los vecinos que deben dinero siempre han existido, incluso para Santana son “normales” las personas que tienen deudas en “todas partes”. En el caso de los deudores, afirma que a éstos se les puede abrir juicios. “Hay abogados que se encargan de cobrar la deuda y, a la vez, los honorarios profesionales al moroso, con el fin que ese gasto no lo asuman la junta”.
Asimismo, también asegura que la crisis económica ha “generado que aparezca otro tipo de moroso”, aquel que nunca debía pero que ahora se le ha hecho más complicado. “Con ellos hay que buscar maneras solidarias de cancelar afectar el flujo de caja. Esa persona se tiene que recuperar económicamente”, agrega.
2016-10-10