Redacción Diario 2001
Siempre que se viven momentos de crisis económica y que la alimentación de los ciudadanos se ve afectada surgen los rumores sobre esa comida atípica. Situación por la que está pasando Venezuela.
Dentro de esta categoría entra la carne animal no típica –cerdo, res, gallina-, de especies que en situaciones normales no son consumidas por la ciudadanía, así lo consideró el ambientalista y presidente de la ONG AnimaNaturalis, Roger Pacheco.
Jesús Morales, vocero de Provita, manifestó que se han escuchado rumores sobre animales (como perros y caballos) y lugares puntuales en los que ha ocurrido, pero que no considera que sea algo generalizado.
Morales también recordó casos recientes anunciados en los medios -que no han tenido confirmación del Estado- como la presunta caza de flamencos para el consumo humano en Zulia, el caso de un delfín en Choroní (Aragua) y el de los osos hormigueros.
“Esto no debe ser, el llamado es a que no ocurran cosas como estas, se entiende que hay hambre pero no es lo correcto”, manifestó Morales.
Asimismo, Pacheco lamentó que no exista una ley que diga que está prohibido comer este tipo de animales, pues solo está contemplado como ilegal su venta y más por un tema de control de calidad, permisología y por la estafa al ofrecerlos como otros tipos de carnes.
“Promovemos el vegetarianismo. ¿Cuál es la diferencia entre comerse un perro o una vaca? Solo la empatía, pues algunos son considerados para consentir y amar”, agregó Pacheco.
Otros de los animales que mencionó y que también han sonado son el pauxi, que está protegido, excepto para las comunidades indígenas, además de peces como el pavón -también protegido- y hasta los jabalíes.
Comunes. Pacheco recordó que existen grupos de especies que pueden ser consideradas de consumo atípico por la mayoría, sobre todo para los caraqueños, pero que en zonas del interior son comunes; por ejemplo, el conejo -como uno de los más aceptados-, huevos de iguana y la iguana misma, pastel de morrocoy y de tortugas, la baba, el chigüire y el venado. También, como comidas exóticas amazónica están las tarántulas y sesos de mono.
Equilibrio ambiental. Morales consideró que a pesar de que el consumo no es muy alto tiene su impacto ambiental.
Explicó que en cualquier ecosistema si se incrementa o se disminuye mucho una población animal como consecuencia va a aumentar o disminuir lo que sea que esté en la cadena alimenticia de esa especie. Asimismo la especie predadora por encima de ésta también va a disminuir o aumentar.
Morales explicó que esto no siempre se cumple porque puede pasar que cuando un depredador desaparece otro aprovecha para tomar su lugar, pero aun así se puede afectar el equilibrio.
Esta regla es aún más sensible en el caso de los animales silvestres, muchas de estas son especies vulnerables o amenazadas.
En este sentido, Provita -con apoyo de la Fundación Empresas Polar- publicó en 2015 la última edición del Libro Rojo de la Fauna en la que se evalúan cerca de 4 mil especies. En este se presentan fichas sobre 288 grupos animales amenazados (categorías Vulnerable, En Peligro y En Peligro Crítico), dos especies Extintas y una Extinta a Nivel Regional, superando por más de cien el listado de especies amenazadas de la tercera edición, publicada en 2008.
En el libro se muestran casos como el del oso hormiguero que se encuentra en estado “Vulnerable”, al enfrentar cierto riesgo de desaparecer en algunas regiones del país.
2017-03-09