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Hay un dicho que reza que “los hombres se crecen ante la adversidad” y otros indican que de las crisis surgen las oportunidades. Al parecer, este es el caso de varios jóvenes venezolanos, quienes han dejado trabajo y estudios, para ganar algo de dinero en los videojuegos, a través de la figura del “farmeo”.
Un trabajo realizado por la cadena BBC reseña que “en Venezuela, sumida en una grave crisis económica y donde, según Naciones Unidas, casi un tercio de la población vive en situación de inseguridad alimentaria, hay jóvenes que han encontrado en esto una alternativa a sus malas perspectivas laborales”.
BBC explica que “el farmeo” es jugar en línea para conseguir puntos y créditos en el videojuego que luego se venden a cambio de dinero en el mundo real. El término viene del inglés “farming” (cultivar), palabra que se utiliza en el mundo de los videojuegos para referirse a esta práctica.
El “farmeo” se realiza en juegos multijugador en línea como World of Warcraft, Tibia o RuneScape, que en algunos casos han llegado a superar los 10 millones de contendientes registrados en todo el mundo.
Son adaptaciones de los tradicionales juegos de rol, en los que los jugadores deben obtener objetos de valor, dinero, poder, o sencillamente, puntuación para avanzar.
El “farmeo” consiste básicamente en acumular esos ítems de valor en el mundo virtual del juego.
Como hacerlo puede resultar aburrido para algunos y lleva tiempo, hay quien prefiere comprarlos directamente, pagando por ello dinero real.
Hay incluso individuos y empresas especializadas que se dedican a intermediar en estas transacciones, que permiten a los más perezosos saltarse las primeras fases del juego, más monótonas y rutinarias, y acceder directamente a un nivel superior.
Luis Matheus, un joven de 24 años de Maracay, es uno de los jóvenes venezolanos que se dedican a vender el oro que acumulan jugando horas y horas, en su caso, a RuneScape. “En Venezuela, la moneda se ha devaluado tanto que el oro del juego tiene más valor que el bolívar”, indica.
Antes que un trabajo con un sueldo en bolívares, Luis Matheus prefiere dedicarse a jugar y que le paguen en dólares por Paypal o en efectivo el oro que recolecta.
Los jugadores explican que el rendimiento económico que se pueda obtener del “farmeo” depende del tiempo que uno le dedique y de su habilidad en el videojuego.
Matheus dice que jugando unas cuatro horas diarias gana unos US$40 mensuales.
Roberto, en cambio, pasa más horas frente a la pantalla en su casa de Mérida y suele cerrar el mes con unos US$120 de ganancia.
En la Venezuela actual, no en muchos empleos ofrecen salarios así en dólares, especialmente lejos de Caracas, la capital. “En mi zona, en todos los trabajos pagan como mucho US$50”, manifiesta el escrito de la BBC.
Sin jefe
Luis Matheus trabajaba antes como traductor de inglés e italiano, pero la empresa que lo empleaba fue absorbida por otra y se quedó sin trabajo.
“No es fácil encontrar un trabajo de mi nivel”, afirma, y no quiere estar encadenado a un horario en un empleo en el que, según dice, le pagarían lo mismo que por jugar.
“Ahora no tengo un jefe encima ni un horario, y tengo flexibilidad para atender asuntos familiares”, cuenta.
Roberto (nombre adaptado por la BBC para no identificar al muchacho) dice que a veces divide la pantalla y repasa sus apuntes de la universidad mientras juega. “Puedes hacer otras cosas mientras avanzas en el juego”, indica.
Aunque no son cifras oficiales, organizaciones no gubernamentales criollas indican que la deserción escolar en el país está supuestamente por el orden de 150 por ciento, donde factores determinantes como la diáspora, la crisis económica y la situación país juegan un papel preponderante en la necesidad de que los jóvenes abandonen los estudios a temprana hora. Hay proyectos al respecto.
2020-03-11
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