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Crónica: El primer boticario de Caracas fue un inglés

Jueves, 23 de abril de 2020 a las 12:00 am
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Juan Ganteaume, investigador

 

Consta en Actas del Cabildo de Caracas de 1649 el intento de crear una botica para beneficio de los aquejados de dolencias en la ciudad. El cabildo encargaba a “Marcos Portero” su gerencia, aunque tal “proto farmacia” no duró mucho “por falta de médicos facultativos”. Se dice que esta fue la primera botica en Caracas.

Mas, poco antes, había muerto el que para mí fue el verdadero primer boticario de Santiago de León, un inglés de nombre Nathaniel Manstone (o Maston, como se le registró, con el castellano de la Caracas de entonces).

Curioso caballero este inglés, emulador del famoso Alexander Exquemelin como médico de piratas y corsarios. Cuando la flota de once naos y más de diez mil hombres del almirante William Jackson -en su ruta a Maracaibo y Gibraltar del lago, a los que luego arrasó y expolió- aportó a fines de 1642 a Cumaná con intención de estrenar en ellas sus ataques en Indias, se encuentra con los vecinos prevenidos y esperándolo, por lo que pensando qué hacer, Jackson no se atrevía…

Navega luego su flota el corsario a la Nueva Barcelona, hallándola igual de presta y decidida a defenderse.

En esta dulce espera, Mr. Nathaniel Maston, un londinense médico oficial de la armada de Jackson -quien no debía estar muy a gusto con el trato de su almirante- sí que se decidió, y una noche de marea tranquila y luna clara aprovechó a echarse al agua con una mochila encerada, en donde llevaba sus enseres personales, y a nado alcanzó la costa, pidiéndole refugio, protección y asilo al catalán Juan de Orpín, capitán poblador de la Nueva Barcelona de los Cumanagotos. Orpín (o Urpí) se hallaba en esa ocasión en su recién fundada ciudad, esperando con las armas a punto y vecinos en vela el ataque de los enemigos herejes ingleses.

Acostado en una hamaca en el camarote de su urca, entre calores tropicales rumiando su pérdida, no debió gustarle nada a Bill Jackson la fuga de su médico jefe. Entendió que era un asunto grave para su empresa corsaria, vista la perentoria necesidad de un facultativo experimentado para atender las vicisitudes de heridas de guerra o epidemias entre su tripulación.

Años despues, el doctor Maston, en su testamento otorgado en Caracas en 1646, declaraba que Juan de Orpín le había quedado debiendo dos mil pesos de plata, que el médico le había dado al ladino gobernador a cambio del refugio que le solicitaba cuando huyó. Y al parecer, Maston no se los había entregado por graciosa largueza, pues declaraba en su lecho de muerte y ante el escribano que Orpín “le había quitado dos mil pesos” por no regresarlo a Jackson, pero que los ingleses a su vez habían ofrecido en esa oportunidad más cantidad por el valioso médico, para que se los devolvieran: “… le prometían al dicho gobernador don Juan Urpín tres mil pesos, porque lo entregare en la dicha urca, por ser cirujano”.

El buen cirujano entendió que era asunto de subasta y cosa de tiempo a dónde iba a acabar de parar su cabeza, y visto el mal cariz que tomaba el caso y su precaria situación, volvió a huir, esta vez del venal gobernador.

Encaminó entonces ligero sus pasos a Santiago de León, tal como lo manifestaba en su testamento: “ … y sabiendo lo que se pretendía, se huyó”. Dio con su farmacopea inglesa en Caracas, y aquí vivió y ejerció hasta su muerte en 1646.

Según se desprende de su testamento, habría que tenerle por hombre noble y acaudalado:

Casó con “doña Juana de [ …] Antonia” (debe ser un nombre traducido al castellano por el escribano), quien aportó veinticinco mil pesos al matrimonio y declaraba el médico, además, dejar al morir tres hijas, y de bienes propios diecisiete casas de vivienda, en un retiro o salida de Londres llamado “Marfil”.

Hemos intentado verificar estos datos. Existía un sitio “Ivory” (Marfil) en Londres y unos Manstone londinenses, por esas fechas.

En Caracas, "… tiene una botica de aceites y medicinas, y en una petaca otros polvos del mismo ministerio, que le parecen que valdrán setecientos pesos de ocho, poco más o menos, porque son -las medicinas- de mucha importancia…"

 

2020-04-23

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