Carlos Milano | [email protected]
El acoso escolar es un fenómeno que se ha multiplicado en la última década y es lo que más “frena” a los chamos de ir a la escuela. El "bullying", como también se le conoce, es un tipo de ofensa verbal, psicológica o física que se presenta dentro de un ambiente escolar.
De las mencionadas anteriormente las que más daño ocasionan en un futuro son las dos primeras, según Gloria Perdomo, responsable de la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes “Beto Morales” de Petare. Afirma que lo importante es respaldar a la víctima luego de la injuria.
“Se le debe otorgar confianza al niño para que se desahogue, de esa forma será sencillo entenderlo. Hay que hacerle entender que lo ocurrido no fue su culpa, porque en ocasiones ellos piensan que lo acontecido se lo buscaron porque son inferiores o tienen algo que los hace ver vulnerables y no es así”, indica Perdomo, quien también es directora de la Fundación Luz y Vida.
Indicadores de acoso. Si el estudiante busca razones para no ir al colegio, si presenta dolores de estómago y cabeza muy seguidos o si lo nota temeroso, preocupado y callado, es probable que su hijo esté sufriendo de “bullying”. Ante esto, lo recomendable es demostrarle interés respecto a cualquier cosa que diga, dejando a un lado el “esas son cosas de niños”.
Charlar con los maestros con la intención de saber si su comportamiento, sobre todo en el recreo, es tan aislado y retraído, puede marcar la diferencia. “El niño debe saber que si se muestra distante y no habla, las consecuencias pueden ser peores”, dijo Gladys García, psicóloga infantil.
Evitar el bullying. Tanto Gloria Perdomo como Gladys García coinciden en que existen formas de preparar a los chamos para que no sean visto como un blanco fácil. Si se busca esto, es necesario que los padres garanticen a sus representados que en la escuela hay autoridades capaces de protegerlos y de controlar las situaciones irregulares.
Asimismo, es fundamental la comunicación diaria. Al mantener conversaciones relacionadas con su entorno será menos complejo saber de la presencia del acoso, esto aunado a orientarlo a que reconozca sus deberes y derechos.
Los agresores. La especialista García señala que los “bravucones” por lo general imponen superioridad mediante el sometimiento, porque perciben que esa es la mejor manera de ser exitosos en la vida. “Los agresores tienen problemas de empatía, no se dan cuenta del daño que hacen. Sus actitudes pueden ser reflejo de lo que ven en casa o del propio descuido de sus progenitores, pero más allá de esto, no se les puede calificar como personas nefastas de por vida. Sus conductas se pueden corregir sin lugar a dudas”, detalla la psicóloga infantil.
2016-10-14