Susana Mora
Para poder realizar una actividad plena durante el día es necesario un ciclo de sueño adecuado y regular. El insomnio es un problema que pueden ir lastrando las personas a lo largo de su vida.
El Dr. Ángel Cermeño, Neurólogo y Médico Pediatra, comentó al Diario 2001 que una persona está básicamente dormida más del 20% o 30% de su día. El sueño es una función que nos permite ser mucho más eficientes y retroactivos a la hora de realizar alguna actividad de la vida diaria.
El especialista expresó que cuando una persona no logra dormir lo suficiente, los órganos comienzan a ser atacados, fundamentalmente el cerebro. Este órgano central, como rige otras partes del cuerpo, va ocasionar que el nivel inmunológico empiece a flaquear, hasta el nivel hormonal.
“Entonces un mal dormir en el tiempo se traduce en un deterioro de la salud a nivel global, que empieza a nivel cerebral, progresivamente empieza a ser sistémico, y va ha repercutir a nivel hormonal, inmunológico y orgánico”, afirmó Cermeño.
La hipersomnia, que es el sueño excesivo prolongado, puede ser el reflejo de una patología, que no quiera levantarse y desee pasar todo el día dormido.
Como el mensaje que se le está transmitiendo al organismo es de paz y de tranquilidad, el funcionamiento de la persona empieza a ondear alrededor de la poca exigencia y, por lo tanto, el cuerpo no necesita producir tanta energía y de esta manera también afecta la salud. Ambos extremos se tienen altas posibilidades de que se conduzca a una alteración orgánica.
El neurólogo comenta que las patologías que ocasionan la falta de sueño se refieren a lesiones de tipo cerebral. Una persona con mal dormir puede llegar a sufrir de epilepsia, mayor déficit cognitivo, afecta la memoria, produce cansancio, hasta sensación de fatiga. El no lograr cumplir este ciclo necesario para el organismo hace que exista una mayor exigencia corporal que agota el sustrato, la glicemia, que posee el organismo.
La edad va a determinar las horas de sueño de una persona. Para los adultos lo correcto es que sea entre 6 a 8 horas, en los niños es habitual que duerman más del 50% del día.
Mientras se va creciendo, el tiempo para poder descansar se va reduciendo. Cuando se está en la tercera edad la persona se despierta con mucha más facilidad y se reducen sus lapsos de reposo.
El Cermeño comento que lo primero que se debe hacer si se tienen patrones atípicos de sueño, es consultar con su médico especialista para luego realizar una polisomnografía, siendo este un estudio que permite evaluar todas las etapas fisiológicas del sueño, desde su respiración, como están las ondas cerebrales, el estado del latido cardiaco.
Por eso, en algunos casos, se recomienda ciertas moléculas que en la mayoría de los casos es la melatonina, que no tiene ningún efecto adverso adictivo, este vendría cumpliendo la función de un inductor natural del sueño. Otro fármaco más complejo es la Benzodizepina.
La duración y el tipo de tratamiento al cual se debe someter el paciente son personalizados y este debe ser decidio por el médico según sea el caso.
2018-06-09
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