Johan Azuaje
Cuando existe un caso de contagio en algún país, surgen desequilibrios económicos tanto por los efectos de los planes de contención y prevención, como por el miedo al contagio. Las epidemias también tienen efectos negativos sobre las economías de los países de las cuales. Muchas naciones se han levantado y otras no tanto.
Una de las pandemias más mortíferas de la historia se originó en Asia y llegó a Europa en 1348.
Fue “la peste negra”, que marcó cambios importantes en la economía y un fuerte retroceso para los países. Según la licenciada en Historia Marcia Peña, para ese tiempo “debido a las grandes muertes producto de la epidemia el comercio desapareció, las ciudades cayeron. Las personas se iban al campo, murieron reyes, afectó a todos los estratos de esa época, erradicando las dinámicas de comercio”.
Otra de las epidemias que desató un fuerte impacto en la economía fue la llamada peste bubónica, una infección producida por la bacteria Yersinia Pestis que comenzó a extenderse por toda Europa, causando estragos en el sector agrícola. Los campos quedaron sin trabajo y las cosechas se perdieron, lo que ocasionó escasez de productos y los precios fueron aumentando.
Otra epidemia que hundió la economía de muchos países fue la “gripe española” de 1918, que en apena un año mató entre 40 y 100 millones de personas en el mundo.
Los métodos de prevención ayudaron a contener la enfermedad, pero en algunos casos los costos sociales y sanitarios fueron muy elevados, lo que hundió la actividad económica.
Se ha logrado comprobar que la economía mundial sufre ante las grandes epidemias del mundo y los efectos económicos se manifiestan más en los países con mayores casos de infección. No obstante, cuando los países son potencias mundiales, los desequilibrios económicos se vuelven globales.
Los principales desastres financieros de los países surgen por las nuevas necesidades de los sistemas de salud, posibles cierres de empresas, comercios y centros educativos.
De manera general, existe una reducción significativa en la productividad de un país o región.
Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS). Es una enfermedad respiratoria sumamente contagiosa, apareció por primera vez en Asia en febrero de 2003, afectando rápidamente a más de 20 países en Norteamérica y Europa. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel mundial hubo 8 098 personas contagiadas, dejando un impacto mundial del PIB en 0,1% durante el año 2003. Los países asiáticos fueron los más perjudicados en el ámbito económico pues se afectaron el turismo, la hotelería y el transporte.
Especialistas afirman que lo primero que se recuperó entonces fue el mercado interno de China, para así poder generar la estabilidad de la producción internacional; además recuperaron de manera inmediata el tráfico aéreo, y pusieron en marcha el sector hotelero. De esta manera Asia se recuperó rápidamente.
El virus H1N1. Conocido también como fiebre porcina o influenza, apareció por primera vez en Estados Unidos en el año 2009, una de las pandemias que se propago rápidamente por el mundo. A pesar de que el virus apareció en Norteamérica, la economía sur del continente americano fue la más afectada.
Se estima que las pérdidas económicas en el 2009 oscilaron entre el 0,5% y el 1,5% del PIB en los países afectados. El internacionalista Augusto Campos, profesor de la Universidad de los Andes (ULA), explica que “el país potencia supo cómo controlar la situación, el crecimiento de la economía fue exponencial, mientras algunas zonas estaban restringidas, los sectores empresariales continuaban trabajando”.
Ébola. En el año 2014 hubo una epidemia en Nigeria, Malí, Senegal, República Democrática del Congo, Sierra Leona, Liberia y Guinea. En este mismo periodo también hubo contagios en Estados Unidos, España, Reino Unido e Italia.
Para combatir los efectos de esta epidemia, los países infectados contemplaron estrategias para responder tanto a la crisis humanitaria como la económica. Algunos países salieron adelante mientras que otros como Senegal y Nigeria tardaron más de 4 años en restructurar su economía.
Coronavirus de Wuhan (2019-2020). Este virus se considera como el más perjudicial en el ámbito económico, ya que China es una potencia mundial y los efectos sobre su economía tienen repercusiones globales. En los primeros meses del año, la economía de China se vio afectada en un 2% del PIB. Esto ha tenido repercusiones en la demanda de petróleo, incluso la baja productividad en el país ha afectado a las empresas cuyas fábricas se encuentran en China.
Finalmente, el Banco Mundial rebajó las previsiones de crecimiento económico global para la primera mitad del 2020, pasando de 5,5% a 5,4%.
Los efectos económicos de la pandemia del Coronavirus aún son imposibles de estimar al ser una crisis que todavía está en curso, pero se espera que el impacto económico a corto y medio plazo sea muy alto; esto no solamente ocurrirá en China, sino en todos los países que se vieron sometidos a cuarentena repentina.
2020-04-02
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