Zandy Aliendres / [email protected]
En el bulevar de Sabana Grande hay muchos San Nicolás. Todos alzan su voz con la gran carcajada “jo, jo jo” mientras que sus asistentes piden una colaboración a los transeúntes que desean tomarse una foto con ellos.
Uno de ellos es José Fermín Fernández, quien ya tiene 14 años colocándose el traje rojo y el cabello blanco que hace juego con una gran barba para parecerse al mítico personaje del Polo Norte. Este Sargento reitrado del Ejército asegura que hace de este un hobby con el que obtiene dinero extra, pero su satisfacción principal es la risa de los más pequeños.
Dice con certeza que los niños siguen gozando del último mes del año pues ellos no entienden de inflación, divisas o crisis política. No obstante observa en los padres un cambio. Los mayores ya no disfrutan de la navidad como antes. “Este año he visto muy poco el espíritu de la Navidad. La gente está preocupada por otros problemas del país, está tratando de ahorrarse su dinero”.
Esta misma percepción del ambiente decembrino la tiene José Gutiérrez. Afirma que en Caracas hay lugares más festivos que otros, no obstante, nota que en general “los padres están apurados, pendientes de qué le compran a los niños, de hacer las colas”. “He visto mucho estrés en los padres”, añade.
Finalmente, ambos venezolanos piden para Venezuela prosperidad, armonía, empleo y reconciliación entre hermanos, sin importar las tendencias políticas.
Padres quieren anaqueles abastecidos
Amor y paz son los deseos más comunes en Navidad. Pero este año los venezolanos agregan un regalo: abastecimiento. Tras un 2014 lleno de colas para conseguir alimentos y productos de higiene personal, los adultos expresan su deseo porque los anaqueles estén llenos nuevamente.
Vanessa Pérez, madre de un bebé de cinco meses de edad, anhela que “pueda celebrar la Navidad tranquilamente” y, para su pequeño, quiere “que aparezcan los pañales”.
Además de problemas con la escacez, en Venezuela también se ha tenido que lidiar durante meses con los altos índices de chikunguña, situación que se complicó con la falta de acetaminofén en muchas farmacias. Esta realidad hizo que la salud, no saliera de la lista de deseos.
“¡Ay mujer! pido salud, que esto mejore, que este año sea para las personas de bajos recursos, que sea mejor, porque ahorita diciembre está bastante fuerte para el bolsillo del venezolano”, expresó el apicultor José Guerrero,. Al ver su entorno, piensa que “el espíritu (de la Navidad) ha bajado un poquito”, no obstante, sostiene que “uno trata de mantener algo de la Navidad”.
Al igual que Guerrero, a la mayoría de los consultados le cuesta no hablar de economía, pues el golpe a la billetera fue lo que más le afectó. Wilesky Castro, por ejemplo, sueña con que Venezuela “salga hacia adelante, que salga de la crisis, de la escasez y sobre todo que haya paz”.
Manuel Navarro, quien se desempeña como mesonero, apunta que lo que quiere en este diciembre puede cumplirse e cualquier época del año y a su juicio, es el mismo anhelo que tienen muchos venezolanos incluso antes de la Navidad. “Deseamos que exista la paz. Incluso puede ser en cualquier mes del año. Necesitamos seguridad y alimentos para nuestros muchachos. Es lo que todo venezolano desea, paz y tranquilidad”.
2014-12-23