Katherine Abreu
Carnavales
Este año serán pocos los niños venezolanos que se vestirán con algún traje de su personaje favorito en las festividades de Carnaval. Ciudadanos indicaron que los altos costos de las piezas de disfraces limitan los presupuestos y que algunas de las alternativas económicas sería la aplicación de materiales reciclables para recrear ciertos atuendos.
A pocos días de las festividades carnestolendas en los distintos establecimientos del centro de Caracas las exhibiciones de trajes, máscaras, pelucas u otros materiales que se ofertaban al público venezolano “brillaron por su ausencia” en esta temporada.
En un recorrido realizado por el Diario 2001 se constató que las familias venezolanas dejaron atrás la tradición de comprar piezas en los días de asueto de Carnaval, y aseguraron que las prioridades se limitan a la adquisición de alimentos y gastos básicos diarios.
Trajes endógenos
A pesar de que unas familias optaron por negar la posibilidad de comprar algún traje nuevo en una tienda física. Indicaron que existen otras alternativas de bajo costo que pueden emplear los familiares, entre ellas destacaron que utilizar materiales reciclables como, cartones, plástico, papel periódico viejo, manteles, ropa usada, revistas, papel mache, entre otros.
Ciudadanos explicaron que los atuendos “hechos en casa”, dejan un valor adquirido a los niños, pues entre ellos mismos pueden elaborar y confeccionar su propios atuendos.
Yuselin Vivaz, de 46 años, quien ejerce su labor de ama de casa, indicó que ante la necesidad de vestir a sus dos hijas de tres y cuatro años estuvo recolectando los materiales por mes y medio para confeccionar unos vestidos de princesa con revistas y periódicos.
Expresó que para lograr realizar estos atuendos se debe tener el tiempo y la dedicación que muchas veces los padres no pueden realizar este tipo de actividades, pues deben incorporarse a sus jornadas laborales.
Así como el uso de material desechable es una opción ecológica. Otros ciudadanos expresaron que prefieren planificar con otros miembros del núcleo familiar que piezas de disfraces se han utilizado en años anteriores que se puedan heredar con sus parientes congénitos más jóvenes.
Gloria Petit, de 35 años, indicó que una de sus sobrinas uso un traje cuando estaba más pequeña y que se lo pidió prestado para que su hija lo use este año en el colegio.
Sin ofertas en vitrinas
Encargados de las establecimientos expresaron que cada año disminuyen la cantidad de entregas, pues el aumento de precios en los productos de carnaval, limita la capacidad de abastecerse los inventarios y las mercancías más actualizadas según el gusto de las nuevas generaciones.
La encargada de un establecimiento ubicado en Plaza Caracas -quién decidió reservar su identidad- indicó que las ventas de los disfraces ha caído en un 85%.
Expresó que, en el año 2017 se hacían ventas de 10 a 15 piezas diarias y que actualmente sólo llegan a vender hasta 2 o 3 piezas semanales.
Blanca Flores, de 36 años, expresó que los mismos vendedores ambulantes le ha afectado la crisis, quienes hace tres años abarrotaban las aceras con mercancías “sólo se ven un grupos pequeños 4 o 5 y es demasiado” detalló
indicó que las ofertas disminuyen debido a que cada día son menos las personas que se dan “el lujo” de comprar un traje que sería de un utilidad para un día.
Fernando López, de 30 años, quien ejerce su labor de taxista en Antimano, señaló que si muchos niños perdieron el privilegio de estrenar en navidades menos tendrán el chance de lucir un traje nuevo para carnaval.
Tarifas por las nubes
La mayoría de los disfraces que son exhibidos en las estanterías de los comercios caraqueños rondan precios de 900 mil hasta 8 millones bolívares dependiendo de los tamaños y el tipo de público. Entre las opciones más accesibles se encuentran los disfraces usados que pueden costar desde 500 mil a 2 millones de bolívares que son ofertados en garajes caseros.
2018-02-05