Redacción 2001
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La diabetes es una de las patologías de mayor atención por parte de las instituciones internacionales de salud. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 347 millones de personas presentan en la actualidad esta afección. El 90% de los casos son del tipo 2, la clasificación que está relacionada con el rápido aumento de peso, la obesidad y la inactividad física.
Se entiende por diabetes a la falta de insulina o la resistencia que hace el cuerpo al uso correcto de esta hormona que se origina en el páncreas. Explicó Guillermo Dieuzeide, endocrinólogo y miembro de la Sociedad Argentina de Diabetes, que sin esta hormona el nivel de glucemia (azúcar en sangre) se eleva en el torrente sanguíneo ocasionando daños en las arterias, tejidos y órganos.
Es por esa razón que la diabetes origina complicaciones como ceguera, amputaciones, insuficiencia renal y problemas en el corazón. "Estamos en una etapa importante de la enfermedad, que impone cada vez más desafíos. También creo que estamos encontrando cada vez más respuestas", dijo el especialista, quien ha sido conferencista en varios congresos de medicina en Venezuela.
Tecnología, entendimiento y conciencia. El doctor Dieuzeide comentó que las nuevas opciones terapéuticas que se han desarrollado permiten lograr un mejor control glucémico. "Todo el esfuerzo de los últimos años se han volcado a tratar de lograr insulinas cada vez más seguras, que se adapten al estilo de vida del paciente y que sean amigables. Los regímenes hormonales se han ido simplificando, lo cual hace que los pacientes se sientan más confortables y más seguros de su tratamiento", agregó.
En ese sentido, señaló como un gran avance el advenimiento de las insulinas análogas. Explicó que la insulina tradicional se obtiene del páncreas de bovinos o porcinos, ya que tiene cierta similitud con la insulina humana pero no es exactamente igual. Hoy la hormona se hace con ingeniería genética, que permite reemplazar algunos elementos para que se pueda adaptar a una mejor disponibilidad en sangre, actuando mucho más rápido o más lento de acuerdo con la necesidad del paciente.
Por otra parte, mencionó que ha habido un gran avance en la inyección de la insulina. "Ya no es la vieja jeringa que antes se tenía que hervir. Hoy las lapiceras (pen) o las nuevas flex touch, son absolutamente versátiles y con una gran facilidad de aplicación y con dosis exactas", indicó.
Las investigaciones para conocer la diabetes y las maneras de tratarla llevan a que hoy surjan planteamientos para que los pacientes con tipo 2 no retrasen el uso de insulina. "Muchas veces se incurre en lo que nosotros llamamos la inercia clínica, el paciente va demorando la aplicación de la hormona por miedo a las inyecciones o la complejidad del tratamiento o porque considera que está en una etapa final, y eso lo perjudica notoriamente, porque mientras ese retardo se va suscitando empiezan a presentarse las complicaciones que queremos evitar", recalcó.
El galeno acotó que cuando la persona está en tratamiento con uno o dos medicamentos orales y no logra un buen control de la enfermedad, se interpreta que probablemente necesita insulina, la cual debe administrarse de manera adecuada y en la dosis correcta, tratando de no generar situaciones problemáticas como hipoglucemias.
2017-01-15