Daisy Galaviz | [email protected]
La basura es uno de los mayores problemas de Caracas. Ver calles llenas de desperdicios, contenedores repletos de bolsas y cunetas con escombros es parte del día a día de los venezolanos.
De este a oeste -con mayor acento en las barriadas caraqueñas- se ven desechos sólidos que han tardado en recoger. Cristóbal Maldonado, morador del sector Isaías Medina, en Catia, afirma que “los vecinos no colaboramos; sacamos a cada rato la basura y no esperamos a que venga el camión del aseo”.
Alejandro Alvarez, educador ambiental, resalta que la recolección de basura es responsabilidad y competencia de los gobiernos locales. “Cada administración municipal debe tener su presupuesto para cumplir con el servicio”.
A pesar de ello, en los municipios Libertador y Sucre esa responsabilidad se ve un tanto evadida, y a pesar de que en Catia, Petare, El Valle y La Hoyada los camiones pasan diario llevándose los desperdicios no parece ser suficiente.
Muchos problemas. Alvarez subraya que en unos sectores del país la falla en el servicio de recolección de basura se ha generado por temas políticos “si no eres de un partido no te envían recursos, y las autoridades no tienen cómo resolver si no hay dinero”.
Otro inconveniente lo produce la crisis económica, pues la escasez y la inflación han hecho que los cementerios de camiones y compactadoras se multipliquen por la falta de repuestos.
Un recolector que trabaja por la avenida El Cuartel, de Catia, afirma que diariamente a través de la empresa Supra Caracas, perteneciente al Ministerio del Ecosocialismo y Agua, realizan un recorrido por las zonas más neurálgicas en cuanto a acumulación de desechos se refiere.
Dice que “estamos trabajando con las uñas”, afirmación que la liga a “estamos fallos de camiones”. Asegura que actualmente solo diez camiones se encargan de la recolección desde Caricuao a Plaza Venezuela. Los restantes -unos 40- están accidentados por problemas de inyectores, cauchos, y baterías en un estacionamiento ubicado en la calle 10 de La Yaguara. El trabajador comenta “y eso que llevamos la basura hasta Las Mayas si nos tocara ir hasta La Bonanza estuvieran peor”.
Cero rellenos sanitarios. El ambientalista Alvarez cuenta que otra de las fallas es que el Estado no se ha comprometido a crear rellenos sanitarios, todos se han quedado “en veremos”.
Dice que la basura no es solo algo que afecta la belleza en las ciudades sino generan contaminación, por lo que “deben ser convertidos en rellenos sanitarios (colocar la basura en capas adecuadas) y así minimizar este efecto”.
Agrega que en Venezuela el único “relleno” es el de La Bonanza, y “éste ya colapsó por exceso de desperdicios”; ya no funciona correctamente y lo que quedan son vertederos a cielo abierto.
Infecciones. Rafael Guevara, infectólogo, destaca que la recolección es un problema que afecta la salud. “Más allá de ser un tema estético, o de olores es romper el derecho de estar en un ambiente sano”.
Especifica que las infecciones que produce la basura depende del tipo de desperdicios, pero el que los manipules sino tiene conocimientos -lo dice por la proliferación de venezolanos comiendo de ella- pueden terminar con enfermedades respiratorias como asma, o gastrointestinales como diarrea y vómitos.
Además de estos malestares comunica que la basura incrementa la población de roedores e insectos como moscas, mosquitos y zancudos, transmisores del zika y dengue.
Fotos: Cristhoferson Zamora
2017-07-13