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Lusinchi, el presidente venezolano que heredó la crisis económica

Miércoles, 21 de mayo de 2014 a las 07:30 pm
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EFE

El expresidente de Venezuela Jaime Lusinchi, que falleció a los 89 años de edad en Caracas, fue el heredero de la crisis económica desatada tras el llamado "viernes negro" y un presidente marcado por la sombra de los de hechos de corrupción

Lusinchi falleció ayer, después de sufrir una severa afección pulmonar y tras pasar varios años batallando contra diferentes enfermedades.

Médico militante del partido socialdemócrata Acción Democrática (AD), Lusinchi ganó las elecciones presidenciales de diciembre 1983 con 56,7% de los votos y recibió un país sacudido por el llamado "viernes negro" que se produjo en febrero de ese año y que se resume en un control de cambio y devaluación de la moneda.

Lusinchi triunfó sobre su rival, el militante del partido gobernante socialcristiano Copei Rafael Caldera, con una campaña en la que fue promovido como "un presidente amigo", una imagen que sufrió ataques durante todo su Gobierno, salpicado por denuncias de corrupción, no solo de su parte, sino de sus funcionarios.

Además, durante su Gobierno, el país sufrió una crisis económica originada, en parte, por los altibajos de los precios del petróleo en los mercados internacionales.

Tras culminar su mandato fue acusado de presunto tráfico de influencias en la asignación de dólares preferenciales y de malversar fondos públicos.

Lusinchi nació en Clarines, en el petrolero estado de Anzoátegui en 1924, y tuvo una pronta vocación política que ya se reflejó en sus años como dirigentes estudiantil en la Universidad Central de Venezuela, donde se graduó de médico.

Su vida en el Gobierno transcurrió entre acusaciones de corrupción y la sombra del escándalo.

A mediados de 1994 su compañera Blanca Ibáñez y el ministro de Interior de su Gobierno, José Ángel Ciliberto, fueron condenados a un año de prisión tras ser declarados culpables del delito de peculado (malversación de fondos) aunque ninguno de los dos fue encarcelado.

Ciliberto fue acusado de peculado doloso por la adquisición de 65 vehículos con esa partida, los cuales fueron utilizados en la campaña electoral interna de la AD en 1987 y luego en los comicios nacionales de 1988, mientras que Ibáñez, prófuga de la justicia, fue acusada de tráfico de influencias.

El exministro de Interior acusó a Lusinchi de haberle ordenado la compra del lote de vehículos y de ser el único responsable.

Lusinchi afirmó entonces que era víctima de una confabulación de sus enemigos políticos al igual que Ibáñez, que en su papel como secretaria privada del expresidente fue considerada como la funcionaria con más poder durante esa gestión.

Ibáñez y Lusinchi protagonizaron un romance durante el quinquenio presidencial cuando el expresidente estaba casado con Gladys Castillo.

El extinto Tribunal Superior de Salvaguardia (TSS) dictaminó en 1997 que las acusaciones contra Lusinchi habían prescrito porque no fue juzgado en el periodo que establecen las leyes venezolanas.

Pero en 1999, la Corte Suprema de Justicia de Venezuela revocó ese fallo y ordenó la remisión del expediente al Circuito Judicial del Área Metropolitana de Caracas para que siguiera el procedimiento correspondiente.

El exgobernante en esa ocasión declaró que si se reabría el juicio se iría de Venezuela y acudiría a los organismos internacionales.

En marzo de 2008, la Fiscalía venezolana anunció que imputaría al expresidente por otro caso por su supuesta relación con la muerte de nueve personas en mayo de 1986, en un suceso conocido como "la masacre de Yumare", acusación que tampoco prosperó.

2014-05-22