Libany Daniels
El observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), realizó el seminario web Mujeres en Prisión: Mirada desde Venezuela, donde expusieron la desigualdad existente entre la población reclusa femenina y la masculina, así como la estigmatización y violación de sus derechos humanos.
La consultora en género y Derechos Humanos, María Corina Muskus, reveló que aunque han tratado de darle una atención diferente a las mujeres privadas de libertad, no se han generado políticas carcelarias con una perspectiva de género, por lo que en consecuencia se invisibiliza y discrimina a ese sector de la población carcelaria.
Además, Muskus dio un repaso por los tratados, las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas Mandela) y Reglas Bangkok, sobre el tratamiento de la población privada de libertad y la diferencia entre las necesidades de los hombres y de las mujeres.
Las Reglas Mandela no tienen un apartado especial para mujeres, pero incluye principios básicos para su debida atención.
Por su parte, Las Reglas Bangkok son una guía para los operadores de justicia como legisladores o jueces que tienen un enfoque diferente al momento de abordar el sistema penal; además de contemplar normas en cuanto al higiene personal e incorporación de medidas alternativas a la detención.
Muskus, afirmó que la población de mujeres reclusas aumentó entre los años 2010 y 2017 53%, en comparación con la población masculina que incrementó en un 20%.
La consultora explicó que la mayoría de las mujeres detenidas son madres solteras, responsables del cuidado de su hogar, que provienen de un nivel socioeconómico y educativo bajo, que viven en condiciones de pobreza y tienen antecedentes como víctimas de violencia.
Espacios no aptos para las reclusas
Las cárceles están diseñadas arquitectónicamente para hombres, tanto así que no existen espacios aptos para su permanencia, higiene o atención; es por ello que las mujeres son más vulnerables a ser víctimas de violencia sexual.
Muskus recordó que en la región de las Américas es común, que los centros de reclusión para mujeres sean anexos de prisiones masculinas. Esto aumenta el riesgo de sufrir todo tipo de maltratos.
La consultora de género y DDHH también comentó sobre el "sexo por sobrevivencia", una medida a la que recurren las reclusas para tener algún tipo de protección o acceso a productos de higiene personal. Algo tan básico como toallas sanitarias, las obtienen de esta forma o por donaciones de diferentes ONG.
Todas estas situaciones traen consecuencias como el rechazo social, la separación de sus hijos, la deserción escolar. "Cuando una mujer es privada de libertad no solo genera consecuencias en ellas sino en toda su familia", destacó Muskus.
Situación carcelaria en Venezuela
En Venezuela existen 17 espacios para mujeres privadas de libertad, de los cuales 16 son anexos femeninos de prisiones para hombres. De acuerdo con el OVP, la capacidad de estos centros es de 2.154 personas. Para 2019, la población reclusa femenina era de 2.526, una sobrepoblación de 15%.
El Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF) es la única cárcel de mujeres en Venezuela. Su población es de 677, mientras que su capacidad es de 350.
Los otros dos centros con mayor hacinamiento son: el Anexo Femenino María del Carmen Ramírez, del Centro de Formación Hombre Nuevo Cipriano Castro, ubicado en el estado Tachira, que alberga a 289 mujeres y su capacidad es de 100; y el Anexo Femenino del Internado Judicial de Carabobo o Tocuyito, posee una población de 234 reclusas.
El informe 2019 del OVP indica que, de la población total de mujeres reclusas, 95 de ellas son extranjeras; 1.409 son procesadas y 1.117 penadas. Una muestra que evidencia el retardo procesal en Venezuela.
Con respecto al tema alimentario, los centros de reclusión no garantizan las tres comidas diarias, situación que se agrava en el caso de algunas presas que conviven con sus hijos, como ocurre en el Anexo Femenino del Centro Cipriano Castro.
En el caso de los centros de detención preventiva, donde también se registra una sobrepoblación reclusa en general, no se prevé presupuesto para alimentación porque estos espacios fueron diseñados para detenciones de no más de 45 horas. Sin embargo, debido a los retardos procesales y hacinamiento en cárceles, son usados como centros de reclusión.
2020-08-17
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