Redacción 2001 | María Cordero
El cuidado que deben tener los padres con los chamos de secundaria y bachillerato va incrementado a medida que la sociedad se va deteriorando. En la actualidad son muchos los niños y adolescentes que prefieren no estudiar y salir a la calle a trabajar ya sea por ayudar en casa o porque es la condición que les impones al escuchar “si no vas a estudiar ponte a trabajar”.
Pero no es en las instituciones educativas donde los niños están del todo seguros, pues allí se pueden conseguir con múltiples problemas, como lo indica Carmen Arévalo, docente retirada hace dos años y quien indicó que durante su ejercicio en diversas instituciones se consiguió con alumnos armados.
“Siempre nos vamos a conseguir adolescentes que van a los liceos a echar broma, a buscar a quien meter en sus bandas porque son reclutadores de pandillas. Durante mi labor de docente en tres oportunidades agarramos a muchachos con pistolas y cuchillos, muchos pensarán que es algo de instituciones públicas, pero uno de ellos fue en un liceo privado. Él llevaba su arma porque al salir pasaba por otros liceos de la zona a robar y en ocasiones vendía a sus compañeros las cosas que robaba y eso en su casa seguro lo sabían por lo que siempre le recalcábamos a los padres que la educación de los niños es 50 y 50, que por estar en una institución educativa no está completamente seguro”.
El psicólogo Hernán Cárdenas explicó que las instituciones educativas públicas en una época fueron mejor vistas. “La mayoría de los padres con posibilidades económicas buscan tener a sus hijos en liceos privados porque los públicos se han convertido en una vergüenza, Hace unos 15 años estudiar en liceos públicos era mejor la educación, alcanzaba un nivel alto y los chamos salían súper preparados”.
El experto dijo que una gran parte de los estudiantes acuden a clases por obligación. “Actualmente ves que en esos liceos los profesores tratan de educar pero los chamos solo acuden por compromiso e incluso la mayoría del tiempo están en los alrededores de las instituciones ,donde los delincuentes aprovechan de captar jóvenes e incluirlos en su red de delincuencia y de allí es donde se genera el ingreso de armas a estos recintos”, indicó.
Cárdenas agregó que “el ambiente en el que viven también influye en lo que serán, sabemos que de los barrios más pobres y peligrosos han salido grandes médicos, arquitectos y abogados, pero una realidad tangible es que son más los delincuentes que los profesionales que allí se forman y todo va de la mano de los padres”.
Advirtió que una adolescente no está preparada para ser madre dado que no puede dar una formación a sus hijos. “Una niña de 15 años con tres chamos qué puede darle a la sociedad más que delincuentes, no tiene cómo mantenerlos y los niños van a la escuela, ven que sus compañeros tienen cosas que ellos no y son niños sienten envidia y buscan la manera de tener lo mismo” finalizó.
La profesora Zoraya X, quien prefirió tener su nombre en el anonimato, comentó un suceso trágico ocurrido en un liceo público en la zona de Las Adjuntas donde dos jóvenes sostuvieron una pelea: uno de los menores al perder el enfrentamiento se retiró a su casa, buscó un arma de fuego de sus padres, ingresó de nuevo a la institución y le propinó un disparo en el pecho al compañero provocándole la muerte.
“Los jóvenes se agarraron a golpes en una de las canchas, intervenimos para separarlos y fueron llevados a la seccional, se les dio una citación y uno de ellos se retiró. A las horas se escuchó la detonación y fue cuando nos enteramos que había ido a buscar una pistola para matar a su compañero”.
Luigi Guillén consejero educativo indicó que “el acceso que actualmente tienen los jóvenes a las armas se incrementa por la falta de conciencia y de atención de los padres. “El controlar las amistades y prestar más atención a sus hijos ayuda considerablemente a evitar caigan en malas juntas y sean piezas fáciles para las pandillas”.
Adolfo Carrero, representante indicó que motivado a la baja calidad que prestan los planteles educativos se vio obligado a pagar un colegío privado para garantizar una mejor educación.
“Tuve que cambiar a mi hijo a una institución privada, en un lapso no tuvo profesor de inglés y en la boleta le pusieron 20 puntos, el niño no aprendía nada. Prefiero hacer el esfuerzo y pagar pero sé que aprende”.
2020-02-26
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