Marleska Irausquín
Los niños del Hospital J. M. de los Ríos obtienen una mejor alimentación gracias a la labor de un grupo de personas que decidieron unir los recursos necesarios y llevar a cada niño un plato de sopa todos los días.
Francisco Abenante y David Akinin son algunos de los chefs que tuvieron la iniciativa de ayudar a los pacientes de este centro de salud.
Esta contribución beneficia a 160 infantes del recinto hospitalario.
“Barriga Llena, Corazón Contento” es catalogada por Abenante como una iniciativa, más que como una fundación. Es una labor que se lleva a cabo a diario por todos los miembros del equipo, sin ningún interés de lucrarse y utilizan tiempo de su trabajo para realizar sopas en diversos restaurantes que apoyan la labor.
Ganas de ayudar. Esta iniciativa empezó hace casi un año, en julio de 2016, con el deseo de querer ayudar a la comunidad. Además, en el J. M. de los Ríos tenían una necesidad que debía ser atendida con urgencia.
Los pacientes no reciben la alimentación que necesitan por parte del hospital, muchos de ellos padecen desnutrición y con la falta de una alimentación balancea se dificulta su recuperación.
Abenante contó que en la actualidad la cocina del hospital proporciona comida a los niños pero no de la manera que les corresponde. “Según el Departamento de Nutrición del hospital, los niños deberían recibir platos que tuvieran proteínas, vegetales, carbohidratos, alguna fruta, un postre y un jugo. Hoy en día sólo se da un plato que tiene carbohidratos y proteína”, dijo el chef.
Las madres y residentes también reciben sopa. Dos días a la semana, el ancianato Madre Teresa de Calcuta, ubicado en Mamera, obtiene ayuda por parte de la fundación. Lo que se busca con esta contribución es que todas las personas posibles tengan una alimentación enriquecedora.
Donaciones. La iniciativa “Barriga Llena, Corazón Contento” fue bien recibida desde el principio. Ellos han entregado sopas consecuentemente sin costo.
Las donaciones que percibe esta fundación es por parte de empresas privadas, especialmente algunos restaurantes que decidieron ofrecer sus espacios para la elaboración de este almuerzo.
Los cocineros tienen el deseo de ayudar a cuantas personas les sea posible pero tienen una limitante en cuanto a recursos se refiere.
La idea de ofrecer sopa y no otro alimento se debe a que esta contiene muchas vitaminas que nutren a los niños.
FAO. La desnutrición es común en niños menores de 5 años, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Determinan que no sólo se considera la desnutrición por la dificultad de conseguir alimentos por un año, sino también, el hambre es considerado un sinónimo de subalimentación crónica.
Los expertos en nutrición afirman que los pequeños necesitan una correcta alimentación porque es una etapa decisiva para su desarrollo, por lo que una sopa les puede dejar la barriga llena y el corazón contento a muchos niños.