Por: María Isabel Rángel
El trabajo doméstico es uno de los oficios más antiguos en la sociedad.
Las trabajadoras domésticas aseguran que son “la burla constante” de aquellos que trabajan en grandes empresas y “desprecian” la labor que ellas realizan en la actualidad.
Graciela Peña, de 46 años, comentó que “vivimos bajo el foco de otras personas. Quienes alegan que no sabemos hacer nada entonces buscamos lo más fácil, cuando en realidad es un trabajo al igual que los demás. Hacemos una serie de cosas y recibimos una paga por ello”.
Además, asegura que los servicios domésticos están amparados por la ley “como cualquier otro empleo”. “Hay contratos de por medio, el dueño debe pagar con base en el salario mínimo o por encima de este, comprometerse a pagar bonificación por horas extras y periodos de vacaciones”. La entrevistada expresó que si el contratante no cumple con esto puede ser denunciado por explotación laboral.
Peña expresó que existen empresas de servicio doméstico para contratar este tipo de tareas. “En realidad son muy pocas porque la mayoría trabaja por su cuenta y buscan ellos mismos su clientela. Pero al trabajar para una empresa tienes más chance de conseguir un cliente más formal y comprometido a seguir las leyes que se imponen en la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras (LOTTT)”.
Igualmente, explicó que cuando se trabaja para una de estas empresas los beneficios aumentan porque “todo es más formal que trabajar por tu cuenta. Hay muchas personas que lo hacen sin un contrato ni nada que ampare sus servicios y por lo usual son aquellas personas que no reciben un buen trato por parte de los dueños de la casa”. Por otro lado, Julia Mercado, otra trabajadora doméstica señala que el sector se encuentra “un poco atareado” por todo el trabajo que significa la pandemia.
Aumento de trabajo
“Nuestro trabajo se intensificó”, comentó. “Todo se volvio más exigente porque hay que tener mucho cuidado con el coronavirus”, compartió. Por esta misma razón, Peña señala que ha aumentado la demanda de trabajadoras domésticas, puesto que muchas personas “buscan como tener sus casas impecables”.
Las trabajadoras recalcan que corren muchos riesgos debido que tanto ellas como los contratantes tienen diferentes círculos sociales y las posibilidades de contagiarse son altas.
“Sin embargo, nosotras nos comprometemos a seguir las medidas de bioseguridad en todo momento a la hora de ejercer nuestra labor”, comentó Mercado. Ambas entrevistadas señalaron que “no estaría de más” tener una asociación para sentirse “más respaldadas”.
Graciela Peña destacó que se necesitan voceras que “den la cara” por aquellas trabajadoras que pasan por situaciones de acoso, explotación laboral o abuso de poder por sus contratantes, así lo dio a conocer.
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