2001.com.ve | Nayzai Saavedra
Más de un representante ha notado que sus chamos cargan con bolsos gigantescos, con gran peso, y comentan los “graciosos” que se ven a la hora de ir al colegio. Pocos son los que están conscientes de que esto puede afectar la salud de su hijo.
Los especialistas indican que el peso produce una gran tracción y presión sobre la musculatura y las articulaciones, debido a la sobrecarga de la mochila. Algunos aseguran que puede llegar a propiciar la aparición de la lumbalgia, enfermedad conocida por ser el tipo de dolor más común en la zona de la espalda que afecta a los adultos, pero que se presenta también en los más pequeños y jóvenes.
Por esta razón AdolfredoDamas, jefe del servicio de traumatología del hospital San Juan de Dios y cirujano especialista de la columna vertebral, advirtió que lo importante es que esta carga en la espada no exceda el 10% del peso del niño.
Damas advirtió que el bolso tampoco puede estar muy arriba de la espalda, lo recomendable es que esté por debajo de la mitad de la misma, aproximadamente a la altura de la tercera vertebra lumbar.
También comentó que hay que quitarle la mala maña a los chamos de llevar el morral levantado por una sola asa, debe estar descansando el peso sobre los dos hombros para un mejor equilibrio.
“A pesar de que lo llevan muy poco tiempo carga un peso que excede su capacidad física, cuando el bulto está muy arriba hacen más fuerza para equilibrar su espalda, de un solo lado se desequilibra la fuerza”, explicó Damas.
Una medida que se puede tomar es compartir la carga, por ejemplo, los dos libros más pesados pueden ser llevados en los brazos.
La presidente fundadora de la Federación Nacional de Sociedades de Padres y Representantes (Fenasopadres), Nancy Hernández, explicó que muchos padres no están conscientes de que es perjudicial, además de que en la mayoría de los casos llevar esa gran cantidad de útiles es innecesario.
“En otras épocas el padre llevaba la lista una semana antes, lo chequeaban, y lo que no era necesario ser regresado a casa se quedaba en el salón. Todavía hay colegios que practican esa práctica, pero son pocos”, señaló.
Consideró que el tema inseguridad hace que esto se escape de las manos porque no hay una política de Estado para la seguridad externa de los planteles.
Para Hernández, este problema se podría minimizar con organización y planificación. Por un lado los docentes deberían tener un plan sobre qué contenidos van a desarrollar cada día, de modo que se tenga idea de lo que se va a utilizar en clase. En este sentido, lo ideal seria que cada padre tuviese el horario y los contenidos. Así podría asegurarse de que el niño lleve estrictamente lo necesario.
2017-09-27