Jesús Barreto | [email protected]
Enclavado en un antiguo reducto industrial y agrícola, rodeado de exuberantes montañas yace la desesperanza, la incertidumbre, el caos y el malestar de cientos de personas.
La región de Valles del Tuy en el estado Miranda ha sido por décadas el desahogo habitacional y demográfico de Caracas, pero la falta de planificación, desidia y la crisis económica han convertido a esta promesa de paraíso en un verdadero infierno, según el relato de sus residentes.
La escasez de agua, gas y transporte, las constantes fallas en la electricidad y el auge de la inseguridad, evidenciado en la proliferación de bandas armadas confirman que en la mancomunidad mirandina, integrada por seis municipios ha llegado al punto del colapso. Belkis Castro se mudó a Ciudad Zamora en 2013, luego de que una de sus hermanas le cediera uno de los primeros 240 apartamentos adjudicados por la Gran Misión Vivienda Venezuela en Cúa, capital del municipio Rafael Urdaneta.
Para Castro, madre de tres niños en edad escolar, la oportunidad de contar con un techo la llenó de ilusión, misma que considera “burlada”, casi desde el primer día, pues ninguna de las promesas hechas por el gobierno se ha cumplido.
“Me vine con mis hijos con grandes expectativas de una vida mejor, un mes después empezó un plan de racionamiento de Corpoelec, luego fue el agua, que antes nos llegaba cada dos días, ahora es dos veces semanal sin previo aviso”, relató Castro al empezar a enumerar la lista de problemas que padece.
La cercanía con Caracas más que ayudar a solventar los problemas los ha perpetuado. Zorelkys Lugo, vive en otro extremo de la región. Llegó a Ciudad Betania, otro urbanismo de la Misión Vivienda a mediados de 2014. A las calamidades de los servicios públicos, Lugo, suma las del transporte, que, en su experiencia empeoró en junio de 2016, cuando el Gobierno eliminó las rutas de Sitssa que operaban en la zona, lo que acentúo la crisis por escasez de unidades.
“No pegamos una. A diario puedo gastar hasta Bs 1.000 solo en transporte, ya ni llegar al trabajo se puede”, afirmó respecto al traslado de más de 30 kilómetros que debe hacer hasta Caracas, ciudad a la que se puede tardar en llegar hasta 3 horas, en un tramo que en condiciones de disponibilidad, vialidad y acceso normales se podría completar en poco más de una hora.
Como Lugo miles de personas en Yare, Santa Teresa, Santa Lucía y Ocumare realizan a diario el extenuante traslado de forma obligatoria, debido a las escasas oportunidades de trabajo. El ferrocarril que comunica a Charallave y Cúa con la capital luce abarrotado a toda hora por la carencia de opciones para movilizarse.
Los tuyeros piden un plan de contingencia para superar la “emergencia” ocasionada por el colapso de los servicios públicos. Mientras parece no quedarles más opción que ir a llorar al valle.
2019-03-11
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