La obra del pintor y chef venezolano Arid Orozco está llena de vida con sus colores brillantes, inspirados en la cultura de su país y la pasión que siente por su madre, de quien heredó su amor por la cocina.
Flores amarillas, rojas, naranjas, azules, rodeadas de verde y un pájaro multicolor caracterizan la obra de Orozco, que divide su vida entre la pintura y su trabajo a tiempo parcial como chef para la Misión de Chile en Naciones Unidas.
"El amarillo, azul y rojo son los colores de nuestra bandera. El triángulo significa el futuro de mi país. Aquí todo tiene que ver con Venezuela", dijo al señalar una de sus obras, "Venelandia", que cuelga de una pared de su hogar-estudio en el condado de Queens.
"Es la Venezuela donde crecí y crecieron muchos. Hay mucho amarillo, azul y rojo y el verde es el color del agua del Caribe, la selva, el estado de donde soy, Yaracuy", indicó Orozco, quien dice ser un admirador del pintor holandés Vincent van Gogh, conocido precisamente por la luz y colores vivos de sus obras.
Destacó que el triángulo con estrellas en la pieza es como ve el futuro de su país.
"Veo un país prometedor y un futuro en el que sigo creyendo porque tenemos el material con qué levantar a nuestro país. Esto es mi cultura, hablo de quién soy", señaló el venezolano, que hace quince años se estableció en Nueva York.
Orozco explicó que aunque desde pequeño sintió afinidad por el arte el haber crecido en el restaurante de su madre le llevó a estudiar la carrera de chef en Nueva York, donde descubrió su talento de pintor.
"Tenía que desarrollar un plan de negocio para abrir un restaurante y para esa época no hablaba bien el inglés y no lo podía escribir así que lo que hice fue dibujar todo el proyecto. Lo que más llamó la atención fueron los dibujos y los colores. Los profesores y amigos de la escuela me sugirieron que me pusiera a pintar", recordó.
En ese momento no lo vio como una opción, pero, ante la insistencia se le "metió eso en la cabeza y pintaba en papelitos" hasta que le regalaron un juego de pinturas y un lienzo, de lo que nació hace siete años "Sueño aracuyano", su primera obra, que aún conserva.
"El pájaro en la obra me representa. En casi todas mis obras hay un pájaro como símbolo de libertad. Me considero una persona libre y de esa manera lo represento", argumentó.
Otros elementos de la cultura venezolana como el carnaval han inspirado a Orozco, pero también el barrio multicultural donde vive, la tormenta Sandy que azotó el año pasado a Nueva York, la religión, o el triunfo de Barack Obama como presidente de EE.UU.
Para Orozco la pintura también ha servido como un proceso de "sanación", luego de que hace 16 años se le diagnosticara que era portador del virus del Sida.
"Pienso mucho en el futuro, creo en el futuro y que voy a estar vivo para ver a mi país salir adelante y si no, dondequiera que vaya a estar voy a estar velando. Mi mensaje para todos los venezolanos es que saldremos adelante, que venceremos los obstáculos como lo hemos hecho antes", afirmó.
Entre sus próximos planes está escribir un libro sobre su madre, que es colombiana y nunca quiso que siguiera sus pasos como chef, y plasmar sus obras sobre telas que puedan ser usadas en el mundo de la moda./EFE