Viernes 13 de Diciembre - 2024
VENEZUELA
Escoge tu edición de 2001online.com favorita
Venezuela
América

Vivir en la era biónica: "Nadie se ríe ya de mí, nadie se ríe de un cyborg"

Jueves, 20 de marzo de 2014 a las 07:30 pm
Suscríbete a nuestros canales

Esta semana la profesora de baile Adrianne Haslet-Davis recibió una gran ovación del público tras su actuación en uno de los eventos de la TED.

No fue por la forma en que embelesó a la audiencia con el movimiento de sus pies, sino por el simple hecho de que estaban ahí.

Era la primera vez que Haslet bailaba públicamente desde que perdió su pierna en el atentado con bomba durante la maratón de Boston en 2013.

Sueño hecho realidad

Haslet soñó con volver a bailar desde los horribles sucesos de aquel 15 de abril.

Y este sueño se hizo realidad cuando conoció a Hugh Herr, jefe del grupo de investigaciones Biomecatrónicas del Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT).

Herr ha dedicado años de su vida a hacer que los miembros biónicos funcionen incluso mejor que los miembros reales.

Su interés en la materia tiene un origen personal. En 1982, era uno de los escaladores más exitosos de Estados Unidos cuando se perdió en el Monte Washington.

Atrapados en una tormenta, él y su compañero se perdieron y vagaron durante tres días. Con congelación severa y al borde de la muerte, ambos fueron rescatados pero con consecuencias.
A su compañero le amputaron una pierna y Herr perdió ambas.
Nadie lo diría mientras camina confiado en el escenario de las conferencias TED de Vancouver, donde explicó cómo le afectó la amputación.

"No veía mi cuerpo como roto. Lo vi como una llamada para eliminar mi propia incapacidad y la de otros", dijo.

Prótesis biónicas

Desarrolló prótesis especializadas para escalar y volvió a practicar este deporte "más fuerte que nunca".

Él ha impulsado una evolución desde las prótesis de metal, madera y goma a auténticas prótesis biónicas.

Los llamados BiOMs, fabricados por su laboratorio, no se parecen a ningún otro miembro artificial, ya que son capaces de imitar las funciones del músculo perdido más que depender de los músculos que todavía se mantienen para aportar la energía que mueve el miembro artificial.

Se acoplan al cuerpo usando piel sintética que se mueve en la misma dirección que la piel real.

El miembro biónico imita cuidadosamente el modo en que se mueven los músculos en un miembro de verdad y el chip que controla su movimiento está incrustado en la prótesis.
Para hacer la prótesis de Haslet-Davis, el equipo del MIT invitó a bailarines a su laboratorio con el fin de modelar la forma en que los músculos funcionan al bailar.

Un cyborg

Los miembros biónicos y los exoesqueletos están cambiando la vida de un gran número de personas.

El brazo de Nigel Ackland fue triturado en un mezclador industrial y tras seis meses de operaciones y mucho dolor decidió que se lo amputaran.

"La persona sana que conocía fue sustituida por una ruina física y, dos años después, psicológicamente estaba en un lugar muy oscuro", dice.

Su brazo "Terminator" desarrollado por BeBionic fue el más avanzado en su tipo cuando se lo colocaron en 2012.

Le ha cambiado la vida y no sólo porque ahora puede servirse una cerveza o atarse los cordones.

"Ahora cuando camino por la calle la gente me mira a los ojos. Un brazo robótico es interesante. Nadie se ríe ya de mi, nadie se ríe de un cyborg".

Una segunda piel

El año pasado Amanda Boxtel se convirtió en la primera mujer que caminó gracias a un exoesqueleto fabricado con una impresora 3D.

Había esperado ese momento desde que quedó paralizada en un accidente de esquí en 1992.

Pero a diferencia de Nigel, no se siente una cyborg, su exoesqueleto la hace sentir más humana.

"Tengo un sentimiento de euforia cada vez que me levanto", cuenta.

"Cuando alguien está sentado todo el rato no sólo se muere su espíritu sino que el cuerpo empieza a morir. No estamos hechos para una vida sedentaria".

Amanda trabajó con EksoBionics y 3D Systems en la creación del exoesqueleto que dice ahora es para ella como una segunda piel.

Derecho a elegir

Todas estas personas son afortunadas. Todavía hay cerca de 20 millones de amputados en el mundo que no tienen acceso a prótesis.

Por este motivo, Herr piensa reunirse la próxima semana con el gobierno de EE.UU. para tratar de conseguir que los miembros biónicos sean más accesibles a todos los estadounidenses que los necesiten.

"Todo el mundo debería tener el derecho de elegir vivir su vida sin discapacidad".

2014-03-21