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Juan Carlos Espinoza, un joven bombero de Valparaíso, combatía un voraz incendio que arrasó con 222 viviendas cuando supo que su propia casa se había incendiado. Pero optó por seguir ayudando a sus vecinos de ese puerto chileno, Patrimonio de la Humanidad, periódicamente azotado por el fuego que baja desde los bosques en dirección al mar.
Espinoza pertenece a la 16ta compañía de bomberos de Laguna Verde, en el vecino puerto de Valparaíso, 120 kilómetros al noroeste de Santiago.
La ciudad-puerto está formada por poco más de una docena de calles planas rodeadas por 42 empinados cerros con vistosas y coloridas casas, que parecen apoyarse una sobre otras para seguir encaramándose en dirección al cielo, que se avista entre bosques: desde 2003 es Patrimonio de la Humanidad.
En esta ocasión las viviendas calcinadas alcanzaron a 222, según informó por la tarde la presidenta Michelle Bachelet luego de visitar a los albergados.
Espinoza trabaja como salvavidas en la zona de Caleta Portales, su labor remunerada, y también es bombero en un país donde los hombres que combaten las llamas no reciben ninguna retribución económica.
Contó que estaba en la playa cuando miró hacia los cerros y vio una especie de fumarola en un sector del cerro Playa Ancha, pidió permiso a su jefe y partió a cumplir su labor de bombero.
"Fueron minutos, 10 minutos de llegar a mi casa, pescar (tomar) mi traje de bombero y empezar a combatir el fuego", contó en la madrugada del martes a un equipo de radio Bíobio.
"Estaba combatiendo el fuego de otra casa y viendo mi casa ardiendo en llamas fue fuerte, pero en ese momento no podía quebrarme, tenía que seguir trabajando", agregó.
La prensa local y en redes sociales se replican dos imágenes sobrecogedoras de Espinoza: un la primera está se lo observa enfundado en su grueso traje para combatir incendios forestales mientras mira con un marcado gesto de dolor los restos calcinados de su hogar y en la siguiente se ve como consuela a su padre, quien llorando parece un frágil joven entre los fuertes brazos de su hijo.
"Aunque estés en las últimas, hay que seguir sirviendo", reflexionó.
El canal estatal de televisión adelantó que la organización privada Desafío Levantemos Chile le ayudará a reconstruir su vivienda, donde vivía con su papá y sus hermanas.
"Siempre hemos tenido una casa decente y la vamos a seguir teniéndola", enfatizó.
Cuando las autoridades daban por casi controlado el incendio, en la zona de Laguna Verde se reactivaron las llamas en un basural producto del viento que comenzó a levantarse con fuerza y que es el responsable de lo rápido que se extendió el siniestro el lunes.
Otro incendio en la misma región que parece rebrotar por el viento comenzó en Bucalemu, 240 kilómetros al noroeste de Santiago, donde se ubica una pequeña finca en la que vacacionaba el ex dictador Augusto Pinochet (1973-1990) y que cuenta con una pequeña capilla donde están guardadas las cenizas del general, muerto en 2006.
La V Región de Valparaíso vive hace unos ocho años una acentuada sequía, como muchas otras del país, y recientes lluvias propagaron pasto que se secó rápidamente, convirtiéndose en alimento para las llamas.
La forma desordenada en que se elevan las casas en los cerros de Valparaíso son un problema constante durante incendios, por causa de sus angostos caminos por donde no caben los carros de bomberos y además escasean las fuentes de reabastecimiento de agua.
En 2013 otro incendio arrasó 280 casas y dejó 1.200 damnificados. En abril de 2014 un siniestro, el peor que se recuerde en el puerto, calcinó casi 3.000 casas en 20 de los 42 cerros del puerto y mató a 15 personas.