Las "armas robots", cuyo uso hasta hace unos años se limitaba a las películas de ciencia ficción, están cada vez más cerca de convertirse en realidad, aseguran activistas.
En respuesta, un grupo de organizaciones intenta tomar medidas preventivas para frenar el desarrollo de estas máquinas, cuyo funcionamiento no necesitaría de la intervención humana.
Algunos científicos argumentan que las leyes existentes no son suficientes para regular su uso, en caso de que llegue el momento de su aplicación.
Armas con cierto grado de autonomía, incluyendo aeronaves no tripuladas comúnmente conocidas como drones ya se utilizan en los campos de batalla.
Pero aunque cuentan con funciones automatizadas, necesitan de la intervención humana para seleccionar objetivos y aplicar una fuerza letal.
Según los impulsores de la Campaña para Detener a Robots Asesinos, un esfuerzo global que se lanza, con los constantes avances en tecnología robótica, la posibilidad de crear robots capaces de disparar por su cuenta está mas cerca que nunca.
Argumentan que otorgarle a una máquina el poder de decidir quien vive y quien muere en una guerra implicaría hacer un uso inaceptable de la tecnología, y plantearía un desafío fundamental para la protección de los derechos humanos internacionales y del derecho humanitario.
Las estimaciones sobre el tiempo que podría pasar antes de que estas armas estén disponibles varían, pero los activistas demandan la formulación de un nuevo tratado preventivo que prohíba su desarrollo, producción y uso.
"Repugnante"
"En cuanto la gente se entera de nuestra campaña se une a la causa", le dijo a la BBC Jody Williams, líder de la campaña y ganadora del Premio Nobel de la Paz en 1997 por haber logrado poner en práctica la prohibición de las minas terrestres antipersonales.
"El público se aterroriza cuando descubre que el desarrollo de este avance tecnológico es una posibilidad real. La gente no quiere que existan robots asesinos por ahí".
"A los seres humanos normales les resulta repugnante", añadió.
Sin embargo, algunos expertos han cuestionado la necesidad de una prohibición, proponiendo que en su lugar se abra un debate sobre las implicaciones legales y éticas de este tipo de armas.
El profesor de robótica Ronald Arkin, del Instituto de Tecnología de Georgia, en EE.UU., le dijo a la BBC: "Lo más importante desde mi punto de vista es que no nos precipitemos a tomar medidas".
"En mi opinión, establecer una moratoria y acordar no hacerlos hasta poder hacerlos bien tiene mucho más sentido que prohibirlos directamente".
En marzo pasado, John Jacob Astor, secretario parlamentario para la Defensa en Reino Unido, dijo que el Ministerio de Defensa "no tiene ninguna intención de desarrollar sistemas que operen sin la intervención humana".
Y una directiva emitida por el Departamento de Defensa de EE.UU. en noviembre de 2012 afirmó que todas las armas con cierto grado de autonomía "están diseñadas para permitir que los comandantes y los operadores puedan ejercer un juicio humano sobre el uso de la fuerza". /BBC