Desde que en diciembre de 1911 la expedición noruega encabezada por Roald Amundsen se convirtiera en la primera en alcanzar el Polo Sur, numerosos exploradores han repetido su hazaña.
Lo han hecho a pie, en motos de nieve, en vehículos 4×4. Pero ninguno ha conseguido hacerlo en bicicleta… todavía. Ese es el desafío que se ha impuesto el aventurero español Juan Menéndez Granados.
Para conseguirlo, deberá atravesar 1.200 km de nieve y hielo desde la costa antártica, acumulando un ascenso de 3.000 metros, para completar un viaje que le llevará entre 36 y 38 días, expuesto siempre a un frío intenso, que difícilmente supere los -20°C, sobre todo a medida que se acerque a su objetivo. Y lo hará en solitario.
"Llevo preparándome más de dos años y medio para semejante reto", le cuenta a BBC Mundo. Hace muy poco, durante el otoño de Groenlandia, atravesó en bicicleta ese territorio de costa a costa en 27 días, como una expedición en sí misma, pero también como preparación para el desafío antártico.
"He tenido que mejorar técnicas, rutinas, maneras de entrenar, de alimentarme", dice. Pero la Antártica no será igual; aunque no necesariamente será peor.
"En Groenlandia hubo muy malas condiciones climatológicas y de nieve", cuenta el explorador, quien dice que en el continente austral "las condiciones deberían ser relativamente más estables, y la nieve mejor para pedalear".
El aventurero cree que la soledad será uno de los grandes desafíos que enfrentará.
Pero hará más frío y tendrá el viento polar golpeándolo de frente en forma constante.
"La cabeza muy bien puesta"
"Le tengo mucho respeto al viento, al frío, y a las congelaciones; a que se me queden las manos frías y que no sea capaz de montar la tienda", apunta. Ahí intentará dormir un mínimo de ocho horas cada día, tras una jornada de avance de ocho a diez horas, arrastrando (al inicio, antes de empezar a consumir las provisiones) unos 85kg. El esfuerzo que implicará un consumo de bastante más que las 5.000 kilocalorías que comerá por día.
Otro de los grandes desafíos es la soledad. Por un lado, desde el punto de vista anímico; por el otro, por lo que pueda pasar en caso de necesitar ser auxiliado.
La ayuda estaría a unas cinco horas de distancia, le explica a BBC Mundo Stephen Jones, miembro de la Royal Geographical Societybritánica y gerente de la empresa Antarctic Logistics and Expeditions, responsable de la logística del viaje de Menéndez Granados y de un importante número de las expediciones que viajan a la Antártica.
"En el peor de los casos (si las condiciones climatológicas son desfavorables)", dice, "deberá esperar unos días a que mejore el tiempo" y pueda activarse un operativo de rescate.
"La prioridad número uno siempre es la seguridad", asegura Menéndez Granados, consciente de las peculiares circunstancias de una aventura de esas características, para las que, dice, "hay que tener la cabeza muy bien puesta".
Si necesitara ser rescatado, y el tiempo fuera malo, podría tener que esperar días.
La bicicleta
Ciertamente es una empresa muy difícil, asegura Jones. "El riesgo de una falla mecánica -explica- es mucho mayor que si uno camina o esquía hacia el Polo", aún con bicicletas especialmente adaptadas para circular por nieve y hielo.
La principal modificación está en las ruedas: la bici que usará Menéndez Granados tiene neumáticos de 4,7 pulgadas (12 centímetros) de ancho, por lo cual lleva horquillas modificadas.
"El riesgo de una falla mecánica es mucho mayor que si uno camina o esquía hacia el Polo"
Stephen Jones, especialista en expediciones antárticas
Los avances en el diseño de las bicicletas han sido clave. "Muchos lo han intentado en los últimos años y ninguno llegó muy lejos, hasta el año pasado", cuenta Jones.
En enero de 2012, con un grupo de expedicionarios, la presentadora de TV británica Helen Skelton alcanzó el Polo Sur en un recorrido significativamente menor, de 800km, de los cuales completó 165 en bicicleta (la mayoría, unos 530, los hizo sobre esquíes, con una suerte de vela atada a un arnés con la que aprovechó la fuerza del viento).
Y en diciembre de ese año el estadounidense Eric Larsen demostró que la tecnología "no es perfecta, pero está lo suficientemente bien" como para que el trayecto pueda completarse, dice Jones.
Sin embargo Larsen no logró terminar el recorrido; tras 280 kilómetros, decidió pegar la vuelta.
"Tuve que tomar la difícil decisión de regresar debido a que las condiciones de la nieve me impedían cubrir la suficiente cantidad de kilómetros antes de que se me acabara la comida y los suministros", escribió el estadounidense en su blog. / BBC
2013-10-24