El billete de 100 dólares, uno de los de mayor circulación a nivel mundial y objeto de deseo entre los falsificadores, se reinventa a partir del próximo martes, 8 de octubre, con nuevos distintivos de seguridad que acompañan al emblemático retrato de Benjamin Franklin.
"Parte de nuestra labor es hacer más difícil el trabajo de los falsificadores", explicó en una entrevista con Efe Michael Lambert, director asociado de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos.
A partir del martes la Fed usará en sus operaciones con otras instituciones financieras únicamente los nuevos billetes de 100 dólares, que llegarán paulatinamente a los bancos, a los mercados internacionales y a los ciudadanos tanto en EEUU como en otros países.
La producción inicial estimada será de 3.400 millones de nuevos billetes, de acuerdo con Lambert.
Los dos nuevos distintivos de seguridad del billete ofrecen una forma sencilla de verificar si es auténtico o falso.
Lambert detalló que el primero es una cinta azul "tejida", no impresa, en la parte frontal del billete con imágenes en tres dimensiones "extremadamente pequeñas" de campanas que con el movimiento se transforman en números 100.
El segundo es una campana dentro de un tintero de color cobre que cambia a verde.
El efecto que produce ese cambio provoca que la campana aparezca y desaparezca, "y en cualquier transacción normal se puede apreciar", precisó Lambert.
"La seguridad tiene que ver con la complejidad", sobre todo si se tiene en cuenta que los falsificadores acceden con rapidez a las nuevas tecnologías, y no tanto con que el billete tenga muchos distintivos, algo que los usuarios "no quieren", según Lambert.
En los nuevos billetes se mantendrán otros distintivos de seguridad que ya están presentes en los actuales, como la imagen "oculta" de Franklin que está a la derecha del retrato principal, un hilo que se ilumina de rosa con la luz ultravioleta y el número 100 en uno de los bordes que cambia de cobre a verde.
También el papel con el que se hacen los billetes de 100 es "bastante único", en palabras de Lambert, compuesto de lino en un 25 % y de algodón en un 75 %, y con fibras de seguridad rojas y azules.
Gracias a ese papel, solamente con el tacto "se puede detectar si un billete es falso o no", indicó el director asociado de la Fed.
La Reserva Federal quiere, ante todo, dejar claro a los consumidores y a las empresas que los billetes con el anterior diseño van a continuar totalmente legales y no van a verse devaluados.
En la actualidad hay aproximadamente 8.900 millones de billetes de 100 dólares en circulación, con un valor total de 890.000 millones de dólares. Entre la mitad y dos tercios se mueve fuera de Estados Unidos.
Los billetes con el diseño antiguo, que data de la remodelación hecha en 1996, volverán paulatinamente al sistema bancario en un proceso que "durará años", según Lambert, y de ahí pasarán a la Reserva Federal, donde se verificará su autenticidad y serán destruidos.
Tras el rediseño del billete de 100 dólares realizado en 1996, que fue el primero significativo en 67 años, se modificaron también sucesivamente los de 50, 20, 10 y 5 dólares para hacerlos menos vulnerables a las falsificaciones.
Un comité con miembros de varias agencias se encarga de hacer recomendaciones sobre cambios en el diseño de los billetes al secretario del Tesoro, quien tiene la autoridad final para decidir.
El primer billete de 100 dólares emitido por la Reserva Federal vio la luz en 1914 y ya contenía el retrato del presidente Franklin, uno de los padres fundadores de EEUU.
El papel de mayor denominación impreso en la historia de la Fed fue, en 1934, el llamado "Certificado de Oro", con un valor de 100.000 dólares y que solamente se utilizó para transacciones oficiales dentro del banco central. /EFE
Sábado, 05/10/2013