El asombroso detalle de este video hace que el simple vuelo de una mosca sea algo extraordinario: la revelación del diminuto y poderoso mecanismo que hace volar a un insecto.
Científicos británicos y suizos utilizaron rayos X muy intensos para filmar el interior del cuerpo de una mosca azul mientras volaba.
Las imágenes resultantes –una reconstrucción en 3D compuesta por varias radiografías– muestran el motor de vuelo del insecto, los "músculos y articulaciones" que lo impulsan en el aire.
Los investigadores creen que ver con este grado de detalle cómo funciona puede ser útil para el diseño de vehículos aéreos muy pequeños, según el estudio que publica la revista especializada Plos Biology.
Simon Walker, del grupo experto en animales voladores de la Universidad de Oxford y primer autor de este trabajo, explicó que su equipo utilizó rayos X muy rápidos e intensos para registrar los movimientos extremadamente veloces de la mosca.
En el tiempo que un ser humano tarda en parpadear, una mosca puede aletear 50 veces.
Músculos poderosos
"Los rayos X estaban enfocados en un área muy pequeña, algo que era necesario para lograr una alta resolución de un objeto tan pequeño", dijo Walker a la BBC.
"El tórax de la mosca azul es de alrededor de 4mm de largo".
Los científicos ataron a la mosca a un soporte vertical que iban rotando a medida que iban tomando las radiografías.
"Las moscas tienen una respuesta automática que hace que apenas sus patas dejan el suelo empiecen a volar", explicó Walker.
"También teníamos un pequeño ventilador alrededor del insecto, que proveía estímulo continuo para que continuara volando durante la grabación".
Al combinar rápidas instantáneas del cuerpo del animal, los investigadores reconstruyeron una imagen en 3D de una mosca azul en pleno vuelo.
Los rayos X también les permitieron ver a través del tórax, revelando los poderosos músculos (coloreados en amarillo y rojo en las imágenes) y los diminutos músculos de dirección (coloreados en verde y azul).
"Los músculos direccionales son responsables de conducir el aleteo deformando el tórax".
Una de las cosas más sorprendentes, dijo Walker, "es cuánta deformación se ve (en el cuerpo de la mosca), cómo todo se dobla y se tuerce".
"Y es increíble cómo esos músculos tan pequeños tienen un efecto tan grande".
Los músculos direccionales, explicó el científico, constituyen sólo el 3% de la masa corporal de una mosca, pero pueden producir "cambios de dirección muy grandes y rápidos".
Los investigadores esperan que el estudio de estos movimientos a tan fina escala sea útil para diseñar micro vehículos aéreos que repliquen el vuelo de los insectos.
Existe gran interés en producir este tipo de artefactos: científicos estadounidenses han construido el robot volador más pequeño del mundo, copiando el movimiento de alta velocidad de las alas de las moscas.
La expectativa es que puedan navegar en zonas de desastres y moverse a través de pequeñas grietas para localizar sobrevivientes.
Sin embargo, estos robots voladores deben estar conectados a una fuente de energía, y según Walker, aún es un desafío para la ingeniería producir vehículos voladores que sean mucho más eficientes para convertir "movimientos lineares rápidos, de pequeña amplitud en movimientos tridimensionales más grandes".
"Los insectos han resuelto este problema", agregó el experto.