Muchas veces el ser humano necesita que una investigación le compruebe lo que ya sabía. Sabemos, por ejemplo, que no nos pueden explicar cómo andar en bicicleta porque eso pertenece a la memoria implícita del cuerpo. El cuerpo sabe qué hacer, y pensar demasiado al respecto puede interferir. Pero una reciente investigación nos explica qué es exactamente lo que hace que en ciertas circunstancias prestar demasiada atención puede de hecho impedir la realización. Los investigadores inician con lo siguiente:
“Existen dos tipos de memoria: la implícita: una forma de memoria a largo plazo que no requiere de pensamientos conscientes y se expresa por distintos medios que las palabras; y la explícita: otra clase de memoria a largo plazo formada conscientemente que puede ser descrita en palabras”.
En la investigación les mostraron a los participantes una serie de imágenes caleidoscópicas por un periodo de un minuto, y luego tuvieron un descanso de un minuto antes de que les dieran otros tests que contenían dos imágenes caleidoscópicas distintas. “Después de obtener sus respuestas, les preguntamos si recordaban muchos detalles vívidos, si tenían una impresión vaga o si estaban adivinando ciegamente”,explican los investigadores. “Y a los participantes sólo les fue bien en los tests cuando dijeron que estaban adivinando”.
Esto quiere decir que la memoria implícita es de confianza en algunas situaciones como recordar alguna imagen o recordar cómo andar en bicicleta. Otras instancias como recordar una narrativa o una línea de tiempo son más accesibles a la memoria explícita. Pero también cabe mencionar que con este estudio estemos pensando demasiado sobre los detrimentos de pensar demasiado. Pero esa es la dicotomía de la información./PijamaSurf
Sábado 17/08/2013