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La cabeza de este ave cuesta más que un marfil

Martes, 13 de octubre de 2015 a las 07:30 pm
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BBC Mundo 

No se destaca por ser la más bonita de las aves, pero sus peculiares características la hacen víctima de un comercio ilegal del que poco se habla.

Y es que el cálao de yelmo (Rhinoplax vigil), un ave de cerca de tres kilos que vive en los bosques lluviosos de Asia oriental, tiene un curioso cráneo que incluye el pico de queratina, que representa cerca del 11% de su peso.

En otras especies de bucerótidos -hay más de 60 en África y Asia- el casco es hueco, pero en ésta es sólido. El macho lo usa para combatir con otros machos, y ambos sexos lo emplean como una herramienta para extraer insectos de los árboles podridos.

El cálao de yelmo vive en Indonesia y Malasia. En las islas de Sumatra y Borneo su canto maníaco resuena en el bosque. Además de insectos, se alimentan de frutas y nueces, y como se encargan de distribuir las semillas con sus deposiciones, se los conoce también como los "agricultores del bosque".

Sus alas extendidas pueden medir hasta dos metros. Tiene plumas blancas y negras y un parche de piel desnuda alrededor de la garganta. Se dice que son cautelosos, por eso es más probable escucharlos que verlos.

Ave codiciada

Tienen buenas razones para ser tímidos: miles mueren cada año a mano de cazadores que los persiguen por sus cascos que luego venden a China.

Entre 2012 y 2014, 1.111 ejemplares fueron confiscados de manos de contrabandistas en la provincia occidental de West Kalimantan, en Indonesia.

l investigador Yokyok Hadiprakarsa estima que cada año se matan a 6.000 en el Este de Asia.

Al casco, por el cual los cazadores están dispuestos a arriesgar una condena de cárcel, se lo llama muchas veces "marfil". Es un material hermoso para tallar, suave y sedoso al tacto, de un color amarillento.

Durante cientos de años, era codiciado por los artesanos chinos que fabricaban con él artefactos para los ricos y poderosos, y por los talladores de miniaturas japoneses que hacían intrincadas figuras para las cuerdas de los kimonos de los hombres.

Muchos de estos objetos estuvieron de moda también en la Europa del siglo XIX

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2015-10-14