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La compleja relación entre trastornos mentales y terrorismo

Martes, 19 de julio de 2016 a las 08:00 pm
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AP

Cuando familiares del individuo que arremetió con un camión contra cientos de personas en Niza dijeron que el hombre sufría de depresión, surgieron nuevamente interrogantes en torno a la relación que puede haber entre los trastornos mentales, las ideologías extremistas y la violencia masiva.

Los expertos afirman que los ataques terroristas no pueden ser atribuidos a trastornos mentales. La gran mayoría de las personas que sufren esos trastornos jamás se tornan violentas. Pero los problemas mentales pueden hacer que algunas personas sean más susceptibles a las ideologías extremistas y en algunos casos aislados esas ideologías puede dar paso a acciones horrendas.

"La gente solitaria, irritable y resentida, puede ser fácilmente atraída por las ideologías extremistas", sostiene Raj Persaud, psiquiatra y profesor del Gresham College de Londres. "Empiezan a deshumanizar a los demás y pueden no necesitar muchas más motivaciones para decidir cometer un ataque terrorista".

No se sabe a ciencia cierta si el atacante de Niza, Mohamed Lahouaiyej Bouhlel, de 31 años, padecía trastornos mentales. Pero el episodio de Niza y otros recientes, como el de un local nocturno de Orlando, Florida, han involucrado una mezcla de ideologías extremistas y versiones de que los atacantes sufrían trastornos mentales.

"Las acciones terroristas no son causadas por problemas mentales, pero los trastornos mentales pueden ofrecer un marco propicio para la actividad terrorista", sostuvo Persaud.

Familiares de Bouhlel dicen que alguna vez le recetaron medicinas antipsicóticas. Lo describen como un joven amargado, que se separó de su esposa y se aisló de la sociedad. Un tío de Túnez, Sadok Bouhlel, declaró a la Associated Press que los problemas familiares hicieron que el hombre fuese vulnerable y se dejase convencer por un reclutador de la organización Estado Islámico que lo convirtió a esa ideología en solo dos semanas.

De todos modos, abundan los individuos amargados, separados de sus esposas y marginados que jamás sentirán el impulso de provocar una carnicería entre una multitud de gente inocente.

Paul Gill, experto en temas de seguridad del University College London, dice que los ataques contra multitudes a menudo son motivados por una serie de circunstancias y no dependen de un trastorno mental.

"El que tengas problemas psicológicos no quiere decir que vas a recurrir a la violencia", afirmó.

Añadió al mismo tiempo que hay una mayor incidencia de trastornos mentales entre los atacantes solitarios comparado con los militantes de grupos terroristas, según un estudio que hizo de 100 personas involucradas en ataques terroristas.

Otros expertos opinan que la decisión de adoptar ideologías extremistas puede ser motivada más por oportunismo que por convicción.

"El chofer de Niza es más bien un asesino múltiple que un terrorista", manifestó David Canter, director del International Research Centre for Investigative Psychology de la Huddersfield University de Gran Bretaña.

"Para estos asesinos, como el piloto alemán que estrelló su avión en los Alpes o los chicos de Columbine, sus acciones son suicidios motivados por la desesperación", expresó en un correo electrónico. "Los asesinos con trastornos mentales apelarán a lo que esté en boga en el momento en que quieren expresar su malestar y su frustración".

Las investigaciones revelan que la gente con trastornos mentales que pueda sentir inclinaciones violentas generalmente se hace daño a sí misma, no a los demás.

"No se debe estigmatizar a las personas diciendo que los trastornos mentales hace que sean vulnerables y puedan radicalizarse", dijo Ariane Bazan, profesora de psicología clínica de la Universite Libre de Bruselas. "Hay que analizar muchas otras cosas".

En el caso de Bouhlel, el psicólogo Persaud dijo que la rápida adopción de creencias extremistas probablemente haya sido consecuencia de un largo proceso de desencanto y marginación, que puede haber sido agravado por trastornos mentales.

"Ningún trastorno mental en sí hace que alguien se haga terrorista", afirmó. "Pero estas ideologías extremistas pueden resultarle lógicas a alguien trastornado y ayudarlo a racionalizar su enojo".

2016-07-20