BBC
Para los británicos Carolyn Barnabo y Clive Roberts, cinco años atrás, colocar un candado en el parisino Puente de las Artes y arrojar simbólicamente su llave al río Sena fue un gesto romántico.
Actualmente continúan unidos y su amor permanece, pero la percepción de Carolyn del gesto ha cambiado.
"Está fuera de control y me siento tan mal de haber contribuido a eso", dice Carolyn y añade: "El hermoso puente está arruinado".
Solo había unos pocos candados en el puente cuando la pareja británica colocó el de ellos con sus iniciales grabadas y subió fotos en su blog.
Ahora hay miles en ese puente y en otros de París, donde la pareja tiene una segunda casa.
Carolyn dice que le dan ganas de llorar -"con rabia, culpa y desesperación"- el haber contribuido a esa "horrible" imagen.
Los candados del amor son tan odiados por parte del público que dos amigas en París -Lisa Taylor Huff y Lisa Anselmo- comenzaron una campaña en su contra este enero.
"El delicado Puente de las Artes se ha transformado en una indistinguible masa metálica y, peor aún, está ahora en peligro mortal", escribió Anselmo.
Las amigas dicen que la Ciudad del Amor, como se le conoce a París, se ha vuelto la Ciudad de los Candados y han contado al menos ocho puentes sobre el Sena y tres sobre el Canal Saint Martin donde los candados se han diseminado "como hongos".
"Han desfigurado y dañado estructuras históricas y esto no puede ser ignorado", indicó Anselmo, quien recordó que algunos de los puentes que han sido invadidos por los candados en Europa tienen cientos de años de antigüedad.
Anselmo también destacó una paradoja: "Esta tendencia que se impone sobre las ciudades, afecta más que nada a una ciudad -París- donde los locales piensan que el candado como símbolo del amor es un hecho barbárico". BBC
2014-05-06