Los rostros puramente figurativos están rodeados de brochazos caprichosos y confusos collage, que no resultan chillones ni provocadores, pero envuelven al retrato en una mística con la que Jonathan Yeo (Londres, 1970) examina la percepción actual de la belleza, el poder y la fama de los personajes a los que inmortaliza.
Con motivo de la primera retrospectiva de Yeo, en la National Portrait Gallery de Londres, la editorial inglesa Art/Books publica el 7 de octubre The Many Faces of Jonathan Yeo (Las muchas caras de Jonathan Yeo), la primera obra monográfica de un artista de formación autodidacta que en la última década se ha convertido en uno de los más prestigiosos del Reino Unido.
El tomo con reproducciones de pinturas, dibujos, collage y grabados incluye algunas obras importantes que hasta ahora no habían salido de la intimidad del estudio del autor y por supuesto muestra la gran cantidad de los retratos de tono intimista que ha realizado de personalidades como Nicole Kidman, Dennis Hopper, Kevin Spacey, Jude Law, Stephen Fry, Damien Hirst, Sienna Miller, Rupert Murdoch y Tony Blair. Además, la colección está aderezada con una entrevista al pintor, ensayos de artistas y especialistas en arte y entrevistas a quienes han posado o trabajado con él.
Un Arcimboldo porno
En contraste a la docilidad artística con que agasaja a sus modelos, también hay obras reveladoras como el retrato no autorizado que hizo en 2007 del entonces presidente de los EE UU George Bush.
Utilizando dos de sus grandes armas (el collage y la pintura), reprodujo con recortes pornográficos exquisitamente orquestados los rasgos faciales de Bush en un homenaje politizado y cómico al pintor Giuseppe Arcimboldo. En 2010 repitió la jugada con varios modelos, entre ellos Hugh Hefner y Sarah Palin.
Otra de las grandes series de pinturas que revela la monografía es la dedicada a operaciones de cirugía estética, con rostros, pechos y cuerpos femeninos con líneas pintadas, listos para pasar por quirófano y también durante la intervención. Yeo observó en directo el trabajo de varios cirujanos plásticos como Jan Stanek, uno de los múltiples entrevistados en el libro: "El resultado no es un documento fotográfico (…) y quizá sea más fiel que una foto. (…) De algún modo, nosotros los cirujanos plásticos nos hacemos inmunes a la grotesca banalidad de nuestro trabajo, algo que las pinturas de Yeo, en contraste, resaltan". / 20 Minutos