BBC MUNDO
Durante mucho tiempo se ha relacionado la creatividad en el arte y la ciencia con problemas de salud mental. Ahora, un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, corroboró lo que muchos sospechaban: que los comediantes pueden tener tipos de personalidad psicótica.
Esto puede explicar -según los expertos del estudio publicado en el British Journal of Psychiatry- por qué pueden entretener.
Los investigadores estudiaron a 523 comediantes (404 hombres y 119 mujeres) de Estados Unidos, Australia y Reino Unido y los compararon con 364 actores -como grupo de control- y con un grupo de 831 personas con trabajos no creativos.
Descubrieron que los comediantes tuvieron puntuaciones significativamente altas en varios tipos de rasgos de personalidad psicótica en comparación con el grupo general; particularmente en las características de personalidad tanto extrovertida como introvertida.
Para saber qué opinión puede tener un humorista sobre este trabajo, BBC Mundo le pidió al comediante venezolano Laureano Márquez su reflexión.
"Somos unos enfermos mentales"
La universidad de Oxford ha descubierto algo que los comediantes sabemos desde hace tiempo, pero que tratamos de ocultar: todos somos unos enfermos mentales.
Lo bueno de ser enfermo mental y comediante es que la gente siempre pensará que es un rasgo que acompaña al humor y que lo que hacemos es siempre un chiste. Es por eso que a los comediantes nunca nos toman en serio, siendo que somos los que más seriamente hablamos en la sociedad.
Particularmente yo concuerdo con todos los supuestos de la investigación:
- Tengo experiencias inusuales. Siendo que soy absolutamente racional, he recibido mensajes del más allá. Cuando alguien contrata mis servicios y tengo la corazonada de que es un tramposo, casi siempre lo es. Por otro lado, en el caso del gobierno de mi país, casi siempre sé el resultado que van a tener sus políticas desde antes que las implementen. Muchas veces sé lo que van a decir los políticos sobre un determinado tema antes de que abran la boca.
- Siempre he tenido dificultades para concentrar mis pensamientos en un punto. Suelo divagar con frecuencia y cuando asistía a la universidad una idea despertaba la imaginación y me desconectaba del discurso del profesor y hacia mi propia discurso mental. Me distraigo con muchísima facilidad. Me la paso haciendo listas de tareas que nunca cumplo.
- Encuentro más placer en estar sólo que en compartir. Sólo disfruto de las multitudes cuando las veo desde el escenario. También me cuesta la intimidad con las personas y mi círculo de amigos, a pesar de que conozco a mucha gente es sumamente reducido.
- Los acontecimientos sociales y políticos repercuten profundamente en mi carácter, produciendo mucha indignación al contemplar las arbitrariedades.
Conocer los resultados de esta investigación me ha ayudado mucho a entenderme mejor.
Estoy absolutamente convencido de que el escenario es una terapia para mí. Particularmente cuando expreso mis opiniones políticas, salgo completamente reconfortado.
En cierto sentido, pienso que el escenario es el único lugar en el cual puedo pensar con claridad. De hecho, buena parte de mi monólogo está compuesto por improvisaciones que realizo en el momento de la presentación.
Conexiones humorísticas
Mi estructura de pensamiento y el hecho de no concentrarme en las ideas que escucho, sin duda me ayuda a establecer conexiones humorísticas.
Lo hago porque en cierto sentido abandono el fondo del discurso para concentrarme en la forma y de la forma que saco chistes vinculados con el fondo.
Examinando los rasgos de la psicosis, encuentro en mí algunas cosas familiares:
- Pensamiento desorganizado.
- Actividades sencillas de la vida diaria -como seguir mi agenda- me resultan difíciles, citas médicas, responder llamadas telefónicas.
- con frecuencia experimentó sensaciones de fracaso y culpabilidad.
- Disfruto la soledad y el pasar largos periodos sin hablar con nadie.
- Dificultad para expresar emociones y sentimientos, fuera del escenario.
- En términos sociales es frecuente que los humoristas tengamos conductas inapropiadas.
- Igualmente la oscilación entre la alegría y la tristeza suele ser común en los humoristas.
En mi caso particular me ha sucedido que en el medio de un monólogo cuando estoy diciendo cosas muy graciosas sobre nuestra manera de ser, me entre una profunda tristeza.
En fin, por lo que a mí respecta, doy fe de lo acertado de las conclusiones de la investigación.
Laureano Márquez es considerado uno de los mejores humoristas en Venezuela. Ha sido guionista y actos de programas de humor y -entre muchas otras cosas- ha sido uno de los impulsores del Stand Up Comedy en el país latinoamericano.
Lunes 20/1/2014