¿Por qué enfriar los edificios con caros sistemas de aire acondicionado cuando es mejor que cada uno se refresque a sí mismo? Un investigador alemán ha desarrollado una chaqueta climatizada, que evapora rápidamente el sudor.
"Ponte algo, hace calor", esta absurda afirmación se convertirá pronto en algo normal según el investigador Wilhelm Stork. El técnico de sistemas del Instituto Tecnológico de Karlsruhe (KIT) ha creado una chaqueta climatizada, que en los días de calor y en momentos de gran ejercicio físico proporciona refrigeración.
Para ello emplea un efecto ventilador a través de canales con aire que circula por la chaqueta para promover que el sudor se evapore rápidamente y descender la temperatura corporal.
El prototipo se asemeja a un chaleco antibalas. "No fue por casualidad, ya que la chaqueta ha sido creada con ayuda de una empresa productora de chalecos antibalas", explicó Stork.
Hasta ahora la empresa se alza como único socio que ve potencial en el desarrollo de la chaqueta climatizada, que podría ayudar también en los días de calor a los policías y guardaespaldas.
De momento, Stork se niega a decir cuándo se podrá encontrar la chaqueta en el mercado y cuánto costará a los consumidores interesados en el nuevo producto.
El Ministerio de Investigación alemán apoyó el proyecto con más de 100.000 euros (más de 130.000 dólares). "Con el proyecto será posible crear por primera vez un sistema climatizado corporal", se puede leer en una valoración del Ministerio.
"Y al mismo tiempo, se podrá reducir el desgaste físico que sufren los bomberos o policías", explicaron desde el Ministerio, que también ve otras posibles aplicaciones como destinarlo a personas con problemas circulatorios.
Más allá de aspectos de salud o laborales, el investigador intenta que también se incluya como una innovación en la vida cotidiana de las personas. Para ello pone de ejemplo a un japonés que en 2011 sacó al mercado una camisa con dos ventiladores instalados en la parte de la espalda.
Este japonés llegó a vender 50.000 ejemplares, sobre todo, después del accidente en la central nuclear de Fukushima en Japón que obligó a mantener desconectados muchos de los sistemas de aire acondicionado.
La idea le vino a Stork en el verano de 2003: "Quise ordenar mi oficina un día de agosto, pero hacía demasiado calor porque no tenía aire acondicionado. Además, no quería enfriar la habitación, sino a mí mismo".
Tras una serie de experimentos, entre los que probó con una chaqueta de hielo, encontró el camino correcto para desarrollar de la mejor manera posible un mecanismo de refrigeración.
Al contrario de la mayoría de animales, las personas sudan para regular su temperatura corporal en días de mucho calor o de gran esfuerzo físico.
Uno de los problemas es cómo hacer desaparecer el sudor de la piel, y el viento ayuda mucho. Su solución: canales de aire. La chaqueta tiene instalados a la altura de la cadera un ventilador delante y otro detrás, como los que se usan en los PCs, que proporcionan un canal de aire en el torso.
El inconveniente es el ruido de la chaqueta de 200 gramos, el mismo que el procedente de los PCs. "Esto se podrá mejorar aún", aseguró Stork sobre el sistema de ventilación que podrá controlarse con una especie de reloj de pulsera. /DPA
Sábado, 24/08/2013