BBC MUNDO
Noticias Relacionadas
El soldado Andrew Garthwaite vio cómo su brazo se desprendía en pleno campo de batalla en Afganistán.
Le había llegado una granada. Tuvo suerte, uno de sus mejores amigos murió en el combate.
Científicos en Viena le colocaron un brazo biónico de última tecnología.
Antes de colocarle la extremidad, los doctores redirigieron los nervios hacia su pecho, para que pudiera controlar la prótesis. Pasó meses aprendiendo a usarla, pero hoy es el primer británico en poder controlar un brazo biónico "con la mente".