Ivanna Zambrano Ayala (Caracas, 1997) es una joven narradora venezolana que ha publicado más de 22 relatos en revistas literarias y antologías en Venezuela, España, México y Chile. Fue seleccionada entre los 9 autores que participaron en la “Semana de la Narrativa 2019” (Venezuela). Escribe desde los 9 años y desde los 12 ha creado una gran cantidad de textos inéditos.
A partir de los 18 años publica sus textos en reconocidos portales literarios como Letralia (Venezuela) Narrativa, Ariadna RC y Pluma y Tintero (España).
También ha formado parte del equipo de colaboradores de la revista Monolito en México y el blog de escritura Cafetera de Letras de Chile. Además de cuentista, es una ávida lectora y es estudiante de Letras de la Universidad Central de Venezuela (UCV) .
Tuvimos la grata oportunidad de entrevistar a Ivanna, para conocer más de esta talentosa escritora venezolana.
- ¿Desde cuándo te descubriste como literata?
A pesar de que empecé a escribir desde muy pequeña, desde los nueve años para ser precisa, confieso que descubrí mi vocación por la literatura a los quince o dieciséis años. Simplemente me percaté de que no podía dejar de hacerlo, de que no podía dejar de crear novelas cortas y cuentos por muy malos que fuesen en esa época. Por lo tanto, acepté la realidad: escribir no solo era un pasatiempo para mí, sino un oficio al que quería dedicarme.
- ¿Cuál fue la primera publicación que leiste y te impactó?
Si bien había leído en mi niñez obras de William Shakespeare e Isabel Allende, la primera historia que me impactó de verdad fue Las lanzas coloradas, de Arturo Uslar Pietri. Me partió el corazón, especialmente por el terrible destino que sufren algunos de sus personajes femeninos.
- ¿Quiénes te han inspirado a la literatura?
Muchos escritores. Edgar Allan Poe, Julio Garmendia, Teresa de la Parra, Arturo Uslar Pietri, Ana Teresa Torres, Suzanne Collins y Enza García Arreaza, por ejemplo.
- ¿Qué opinas de la cuentística venezolana y Latinoamericana?
Considero que la narrativa venezolana y latinoamericana es excelente, especialmente por sus cuentos. Por desgracia, opino que no se le ha dado tanta importancia o promoción como a la poesía, por lo menos en este país.
- ¿Hasta ahora, cuál consideras que es tu mejor publicación?
Esa es una pregunta difícil porque soy muy dura conmigo en ese sentido. Sin embargo, puedo contestar que una de mis mejores publicaciones, hasta ahora, ha sido un relato al que titulé “Sin luces”. Es un texto que odié al principio, pero luego reconocí que era uno de los más hermosos que había construido. Habla de la inmensa tristeza que soporta una anciana por los golpes que ha recibido en la vida. También debo comentar que me basé en la depresión que sufrí después de ser víctima del bullying en la Escuela en la que estudio. Y por otros momentos muy duros que experimenté por un problema de salud que fui desarrollando con el paso de los años.
- ¿Cómo te evalúas respecto a la literatura?
Me evalúo como una narradora que siempre busca mejorar, que tiene algo que aportar a la literatura venezolana, que desea construir textos perfectos… Bueno, dudo que alcance lo último, pero soñar no cuesta nada.
- ¿Cuáles son tus principales proyectos, mediatos y a mediano plazo?
Algunos de mis proyectos a corto plazo son hacer mi tesis, graduarme y escribir más cuentos. Luego publicar una o varias novelas.
- ¿Qué te haría sentir realizada?
Graduarme con honores, publicar mis novelas, lograr el éxito, ganar millones de dólares… Casi nada, ¿verdad?
- ¿Tienes vocación para la enseñanza?
No. Soy una persona muy introvertida, a la que le cuesta expresarse verbalmente, y la paciencia no es una cualidad que me define. Por esos motivos, la docencia nunca estuvo ni estará en mis planes. Jamás gocé de ese don.
- ¿Piensas que hay suficiente difusión del trabajo narrativo de las nuevas voces de Venezuela?
Opino que hubo una buena difusión de la narrativa joven años atrás, pero ya no. Hay pocos eventos y convocatorias de concursos en este país. Parecerá una broma, pero solo conozco dos premios de cuentos importantes por el momento. Sin embargo, todavía existen plataformas como Letralia, en la que he publicado relatos desde los dieciocho años, que divulgan los aportes de la nueva generación de escritores. También pienso que sería un gran proyecto que se realicen actividades como la Semana de la narrativa, que revivió en el año 2019 y en la que tuve la fortuna de participar con ocho autores más. Recuerdo que esa tarde hubo una tormenta y, para colmo, se fue la luz. No obstante, eso me dio la oportunidad de destacarme un poquito, tomando en cuenta que había practicado como cien veces leyendo de pie frente al espejo. Honestamente, fue un buen día.
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