EFE
“Los momentos más intensos en la escritura del libro fueron las reflexiones de Belén sobre sus matrimonios”, comenta el escritor.
“Creo que existen muchos paralelismos entre Belén y yo. Somos dos personas que hemos hecho una carrera no estudiando para ella y ambos hemos atravesado, ella en una mayor dimensión, esa condición de fenómeno televisivo”, afirma Boris.
“Haber participado en “Crónicas marcianas” en televisión fue como haber sido parte de Los Beatles. Así es como lo veo y como lo veré siempre. Pero no necesito mirar hacia atrás. Pero tengo que agradecer, y siempre lo haré, la oportunidad que me dio Javier Sardá”, dice Boris.
Boris Izaguirre habla de las “dos princesas del pueblo” y de sus colaboraciones en televisión, radio y prensa con su amiga Luján Argüelles en una entrevista para EFERadio.
— Boris, recientemente ha estado en tu país de origen, Venezuela, para presentar el concurso de Miss Venezuela, ¿qué nos puedes contar de él?.
— Es un programa muy serio que tiene una duración de entre cuatro o cinco horas. Es muy emocionante para todo el país porque creo que forma parte de la identidad cultural del venezolano. Ha sido todo un honor que me ofrecieran presentar la gala. Es algo especial, en todas mis novelas siempre hay una mención a Miss Venezuela.
— Lo que fue curioso fue que te cambiaste durante el programa más veces que Anne Igartiburu… .
— Si, bueno, es que hay que hacerlo así porque el Miss Venezuela es muy, muy especial.
— Si, pero hay una historia detrás.
— Es cierto. Todo viene por Orson, el marido de la actriz Paz Vega, que también es caraqueño. Cuando me dijeron que iba a presentar el programa me dijo: “todo el mundo está esperando lo que te vas a poner”. Ya entonces se me ocurrió ponerme un traje de Armani que tengo desde 2000 con cuello neru. El traje venezolano típico, el liqui liqui, tiene un cuello parecido y me decidí a ponérmelo… .
“EL LIBRO LO HA ESCRITO BELÉN”
— ¿Por qué?
— En esa gala es tradición que se bajen unas escaleras. Todo el mundo está pendiente de cómo se hacen y cada vez son más largas y más altas. Para que te hagas una idea Miss Venezuela es una mezcla de la Semana Santa de Sevilla, final de la Champions League y el sambódromo de Brasil, todo junto. En esta ocasión había 70 escaleras y por eso me decanté por el liqui liqui.
— ¿Cómo resultó?.
— Fue un delirio. Recuerdo que me decían: “estamos tan orgullosos porque representas mucho para nosotros por tu carrera en España, pero aún más porque le hayas dado a un traje típico del país todo el glamur”.
— ¿De qué te gusta hablar más, de Miss Venezuela o de Belén Esteban?.
— Los dos son temas apasionantes. Creo que muchos países se identifican por sus mujeres y España, siendo una sociedad tan machista y tan tormentosa como es, ha dado mujeres muy interesantes. Belén es una de ellas. Es importante por lo que transmite a tanta gente, por la capacidad que tiene de comunicarse con una generación de la que también nosotros estamos descubriendo cosas.
El hecho de que ella haya pensado que yo era una buena persona para conversar y según dice “abrirse en canal” para su libro me halagó mucho. Me parecía que ella entendía mucho más la razón de hablar conmigo que yo el hecho de que ella me lo pidiera. Pero, al mismo tiempo, pensé que era una gran oportunidad de acercarme a una persona que pareciera que está muy lejos de mis intereses y de mi entorno, aunque es todo lo contrario. Dicho con sencillez, creo que existen muchos paralelismos entre los dos. Somos dos personas que hemos hecho una carrera no estudiando para ella y ambos hemos atravesado, ella en una mayor dimensión, esa condición de fenómeno televisivo.
— ¿Te arrepientes de haber protagonizado un tipo muy determinado de espectáculo en la televisión?.
— No, no, creo que ha sido una cosa muy contemporánea. Como escritor, a lo mejor podía haberme dedicado en esa época a lo que ahora hago, pero en aquellos años me pareció una experiencia fascinante. Siempre he considerado que la fama es un poder y siempre me ha parecido que la mejor forma de entender ese poder y su alcance era participar de ella. Es lo mismo que me hizo escribir telenovelas, en su momento, porque había tantas cosas tan horribles, que mis padres y sus amigos se reían de quienes las escribían y yo pensaba, ¿pero cómo? si están haciendo muchísimo por el idioma español y por la cultura latinoamericana.
— Tú has sido el prologuista del libro biográfica de Belén, pero ella no ha escrito el libro… .
— Sí, sí lo ha escrito Belén, aunque a través de mis entrevistas. Nosotros hacíamos las entrevistas ¡con cuatro grabadoras! que, nada más terminar, se transcribían literalmente por personal de la editorial y eran vigiladas de forma exhaustiva. Lo que hicimos los dos fue no decir a nadie lo que estábamos preparando, salvo a algunas personas que nos descubrían cuando íbamos al hotel donde hacíamos el trabajo.
COMO UNA MONTAÑA RUSA
— Pero no me puedo creer que ella escribiera todo.
— Bueno la clave quizás es lo que yo le decía, pero lo hizo ella. La historia de su libro es buena, es muy buena. Yo la ayudé a pensar y a que reflexionase. Le dije: mira, si no quieres hacer unas memorias al uso, si no quieres hacer una biografía, haz una biografía de reflexiones, sobre lo que te ha pasado a ti en tu vida, que te han pasado muchas cosas. Ella me dijo: “¿Pero cómo voy a reflexionar, yo tengo que contar las cosas como soy yo”. Y le dije que las dijera tal cuál y así se han editado. Creo que el libro cuenta y comunica una historia real y a todo el mundo le encantan las historias reales. La gente está ahora un poco necesitada de que la realidad pase a tomar el puesto de la ficción.
— ¿Se ha transcrito absolutamente todo de lo que hablabais?.
— Sí, absolutamente. Los momentos más intensos en la escritura del libro fueron las reflexiones de Belén sobre sus matrimonios.
— Pero sabemos que ella se calienta… .
— Sí, está en el libro, es lo más interesante que tiene la obra. Está claramente expuesto. Lo más interesante es que es como una montaña rusa, como uno siente que es, de verdad, la vida de Belén y la de su generación. Esa creo que es la razón por lo que ha tenido tanto éxito porque, de repente, es trepidante, ¡pero es que es una vida que ha sido así!.
— ¿Cuál es el análisis que haces de la Esteban desde fuera, después de haber compartido tantas cosas íntimas con ella?.
— Solo la separa un año con la princesa Letizia y yo creo que son el mismo tipo de mujer. Cuando hablan de “la princesa del pueblo” yo siempre digo que hay dos. Letizia ha ocupado el puesto por matrimonio, pero Belén Esteban se ha hecho a sí misma del mismo modo que Letizia Ortiz. Creo que eso es lo interesante, que forman parte de una generación de mujeres sin miedo.
— ¿Entonces son dos “princesas del pueblo”?.
— Naturalmente, porque las dos vienen del pueblo.
— ¿Tu crees que doña Letizia vive sin miedo hoy en día?.
— Creo que vive preocupada de no tener mejores relaciones públicas que le pidan un poco lo que todo el mundo quiere de ella, que se relaje. Pero, por lo demás, creo que está encantada de cómo ha gestionado su vida, indiscutiblemente.
— ¿Qué opinión te merece Isabel Preysler?
— La “reina de corazones” es una persona maravillosa. Es una de las personas más fascinantes que se puedan conocer, le disturba en exceso que se hable de ella y lo que quiero destacar es el sentido del humor de Isabel Preysler. Es tan estupendo, tan sensacional como su propia elegancia. Dos de los valores que me hacen que la quiera tanto.
— Boris, tu siempre te mueves entre el bien y el mal de lo políticamente correcto… .
— Sí, porque me encanta, me encanta. Espero que nunca se me pase.
— Ahora trabajas en varios medios de comunicación separados ideológicamente… .
— Creo que he aprendido más a escribir desde que hago una columna en “El país”, que va a hacer tres años. Porque tú sabes que yo no tengo estudios, no me he graduado en nada, pero he tenido la fortuna de tener unos grandes padres y extraordinarias amistades.
— ¿Para poder escribir hay que vivir mucho?.
— Absolutamente.
— ¿Eres un gran observador?
— Claro, es obligado. Además el tiempo no existe para un escritor. Cuando te preguntan, ¿cuánto tiempo te llevo escribir tal novela? Una de mis novelas, “Villa diamante” me vino a la cabeza a los 23 años, pero no se convirtió en libro hasta los 42 años.
FORMANDO PARTE DE LOS BEATLES
— Qué ha representado para ti haber participado en un programa de televisión puntero como fue “Crónicas marcianas”?.
— Es como haber sido parte de Los Beatles. Así es como lo veo y como lo veré siempre. Pero no necesito mirar hacia atrás. Pero tengo que agradecer y siempre lo haré la oportunidad que me dio Javier Sardá.
– ¿Es uno de los grandes?.
— Sin duda. Podía haber dirigido una ópera o una empresa ferroviaria. Podría hacer cualquier programa de televisión que quisiera. Mi vida estaba bastante desorientada hasta que nos conocimos. Yo tenía que estar entregado a sus manos y ser dirigido por él.
Las reuniones que teníamos para la preparación del programa eran muy intensas, pero todos sabíamos dónde estábamos parados y que podía saltar por cualquier sitio el escándalo.
— Algunos lo comparan con el “Sálvame” de hoy… .
— Muchos los vinculan, pero creo que “Sálvame”es más vespertino y nosotros teníamos la suerte de la noche. Creo que los espectadores de esa cadena son muy fieles y teníamos la misión de mantenerlos despiertos. Teníamos la obligación de volver a sorprender con lo que, durante el día, habíamos estado viendo.
— ¿Te gustaría volver a la televisión, Boris?.
— Claro, estaría encantado, porque cumplí los 21 escribiendo el guión de la telenovela “La dama de rosa” y se perfectamente que la televisión es la que te llama a ti y no al contrario.
— ¿Cómo llevas colaborar en medios que son opuestos ideológicamente?
— Siempre admiré a Terenci Moix que escribía en “El Mundo”, en “La Vanguardia” y en “El País” y siempre le decía ¿Cómo lo haces?, a lo que el escritor se moría de la risa y me decía: “pues nada, yo respondo, me llaman de un sitio y hago una columna para ese medio”. Me encanta ese fenómeno, creo que es lo que más me ha integrado a este país, entender sus diferencias y entender sus grupos.
— ¿Qué te gusta ver en televisión?.
— Estoy totalmente entregado a la serie “Homeland” y, cuando estoy en casa, te veo a ti… .
— Se ha criticado mucho a la televisión con ese término “telebasura”… .
— Yo nunca lo he utilizado y nunca lo haré. ¿En qué lado te encuentras tú del cubo de basura?, sobre todo porque burlarse con esa expresión de la televisión desestima todos sus alcances. Siento que es mejor estar dentro que fuera y verla siempre como lo que es: el medio de comunicación más poderoso. Porque, en definitiva, es capaz de crear universos que es lo que la gente necesita.
— Has declarado en algunas entrevistas que eres muy venezolano y muy caraqueño, a pesar de que tienes la doble nacionalidad.
— Sí, de hecho cuando inicié los trámites de nacionalización en 1996, aunque me llegó en 1999, en esa época te tenías que dar de baja en el consulado a tu nacionalidad de origen. De hecho fue la única vez que tuve que pedir permiso a mi papá y explicarle que me tenía que dar de baja como venezolano. Una experiencia muy chocante. Pero mi padre me dijo: “no Boris, si tú has hecho tu vida personal y profesional en España, es lógico y mejor que tengas todos tus papeles organizados”.
– Toda tu familia vive en Venezuela… .
– Sí, menos mi hermana que vive en Nueva York.
2014-01-15