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Director de Rápidos y Furiosos confesó que no supera la muerte de Paul Walker

Viernes, 17 de abril de 2015 a las 07:30 pm
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2001

El cineasta Rob Cohen, director de la primera entrega de Rápidos y Furiosos, estrenada en 2001, confesó en una entrevista, que no ha logrado superar la muerte de Paul Walker.

A continuación la entrevista

Mientras “Rápidos y furiosos 7” pisa el acelerador de la taquilla mundialsobrepasando 1 billón de dólares tras dos semanas de estreno, el prolífico cineasta Rob Cohen, director de la primera entrega, estrenada en 2001, mantiene sentimientos encontrados.

“Sí, la voy a ver. Me voy a sentir horrible cuando lo haga. Todavía no supero la muerte de Paul Walker. Es como perder a un hijo. Fue una persona magnífica”, admite con ojos aguados el realizador en su suite del hotel Four Seasons de Beverly Hills, mientras promociona su nueva producción, “Cercana obsesión”, protagonizada por Jennifer López, a proyectarse el próximo viernes en Venezuela.

Cohen es responsable del estrellato del actor fallecido en noviembre de 2013 en un aparatoso accidente automovilístico. “Cuando encuentras a alguien y lo instruyes, lo crías e inviertes en su futuro; porque lo llegas a querer, contrario a solamente necesitarlo para tu obra, se forma un lazo especial. Él siempre se refería a mí como su papá cinematográfico. La última vez que hablamos, tres semanas antes de su muerte, me dijo: ‘¿Sabes, Rob? Cada vez que hablo contigo tengo una sensación entrañable”.

A lo largo de 33 películas en una carrera que lo ha visto pasar desde la producción ejecutiva a la silla del director, ha trabajado durante cuatro diferentes gerencias en Universal Pictures.

“Siempre trato de ver hacia adelante, no atrás. Ésa es la razón por la que me mantengo en este juego. No reposo en los laureles, ni me fijo en los fracasos —mantiene Cohen—. Pude quedarme a dirigir todas las secuelas de ‘Rápidos y furiosos’, pero ese no es mi estilo. Sería un hombre más rico si lo hiciera, eso sí (risas). Hoy los estudios te piden que hagas lo mismo una y otra vez. Procuro no caer en esa trampa”.

Mientras tanto, se aventura en el género thriller con “Cercana obsesión”, sobre una mujer que tiene un breve ‘affair’ con un vecino mucho más joven que ella, con resultados fatales. Jennifer López y su compañía productora armaron el proyecto.

Una pregunta válida: ¿Qué le gusta de la actuación de JLo? “Su naturalidad y su búsqueda por la veracidad. Ella es una gran artista pop, canta y baila espectacular… también tiene un trasero enorme (risas). Lo que siempre me ha gustado de ella es que es una actriz muy talentosa. Ella puede lograr externalizar pequeños momentos de su personaje en un plano emocional. Logró a Claire sin artificios. Esa máscara está conectada a su corazón, alma y entrañas. Tuvimos una relación laboral muy honesta”.

A Cohen no le preocupó salirse del terreno de la acción y aventura. Sin sonar derogatorio, explicó: “He pensado tanto en las mujeres que quería abordar a una protagonista femenina, no meramente hacer ‘una películas para chicas’. Si algo le brindé a la historia fue un aderezo operático, como la escena donde se incendia el granjero o la persecución en automóvil. Quiero entretener a todos y no ofrecer una simple novela romántica”.

Sin embargo, las opiniones no fueron muy favorables para la cinta. El director, sin el mayor rubor, lo asume de la siguiente manera: “La razón por la que muchos críticos me odian es porque yo solamente me preocupo por la audiencia. No me interesa el estetisismo autoral o temas de sufrimientos profundos. Quiero que el público venga a mi película a entretenerse, a pasar un buen tiempo. Cuando haces una película de gran presupuesto —continúa—no tienes la libertad absoluta para hacer lo que quieres”.

Rob Cohen manifiesta que todavía tiene muchas películas por hacer. Su próximo esfuerzo cinematográfico será “Las aventuras de Marco Polo”, con un presupuesto mucho mayor.

“Cuando te conviertes en director estás tomando un juramento en la catedral del cine y los dioses de Hollywood son muy estrictos y juzgan”, concluye con una sonrisa irónica.