Apenas tenían unos meses cuando Ashley y Mary-Kate Olsen comenzaron a vestir los mejores diseños ‘mini’ de firmas como Chanel, Michael Kors o Marc Jacobs. Empezaban a dar sus primeros pasos y lo hacían en estudios de televisión. Pasaban horas entre ensayos y rodaje pero, además, tres veces a la semana, tenían sesiones de cerca de 6 horas de pruebas de ropa porque debían llevar hasta doce looks diferentes.
A los nueve meses, cada hermana ganaba 2.700 dólares por capítulo de Full House (Tres por tres, 1987-1995), que subieron hasta los 40.000 dólares en la temporada final de la serie. Solo con su primera película se embolsaron 1,6 millones de dólares. Con todo ese capital la familia fundó Dualstar Entertainment Group en 1993, y cuando Mary Kate y Ashley cumplieron 18 años asumieron la presidencia de ese imperio y se mudaron de California a Nueva York para comenzar a trabajar en su verdadero sueño: la moda.
Todas esas horas entre los mejores roperos de la industria del cine por fin cuajaron en una idea: The Row, la marca de ropa que las gemelas venían gestando durante su paso por la Universidad de Nueva York y que se ha convertido en una máquina de vender, al nivel de otras marcas ya establecidas, como Bottega Veneta o Lanvin. En The Row, una camiseta de manga corta aparentemente simple puede costar 280 dólares, una chaqueta de lana con mangas tres cuartos, algo más de 1.300, y un bolso estilo satchel casi 3.000 –aunque llegaron a diseñar una mochila de 55.000 dólares–. Y para confirmar el éxito de su marca,acaban de abrir una nueva tienda en Nueva York, en el emblemático Upper East Side, el barrio más lujoso de la ‘Gran Manzana’.
Desconfianza inicial
Para las gemelas, el futuro de la industria no es la producción en masa, sino la manufactura de lujo a pequeña escala. Por eso también apuestan por la moda hecha cien por cien en Estados Unidos. “Cuando lanzamos The Row llevábamos ya 18 años trabajando”, afirma Mary-Kate a la revista sModa. “Para dirigir una empresa de moda es tan importante tener un punto de vista creativo como saber de números”, añade Ashley. “Nos involucramos en el proceso de creación de principio a fin, pero al final es la ropa la que tiene que hablar por sí misma”, concluyen.
Y los números les han dado la razón: cerca de 200 tiendas y boutiques comercializan sus ropas en 37 países, mientras que 77 venden sus accesorios. The Row no ofrece cifras de sus ventas, pero en el 2009 el New York Times estimaba que rondaban los mil millones de dólares anuales./Con información de GDA/El Tiempo/Colombia
2015-03-22