Rowerth Goncalves
Free Color es el nuevo documental que narra la vida del artista venezolano Carlos Cruz-Diez y su último proyecto, uno tan grande que desafía a todo lo conocido. Esta pieza muestra la grandeza de uno de los maestros del cinetismo, pero también su humildad y la relación con su familia. Una obra que todos los venezolanos deberían ver y ensalzar su figura.
Cruz-Diez tiene una visión y es la de sacar el color de la forma. Busca crear una obra de arte que sea visible a la luz del día, una transcromía en el aire. Algo que desafía la física porque además no quiere borde y estaría en el aire. Esa es la premisa de Free Color y mientras busca las maneras de llevar a cabo su obra máxima vemos el viaje que hizo a lo largo de la vida.
Ver este documental, dirigido magistralmente por Alberto Arvelo, conocido director venezolano responsable de cintas como Tocar y Luchar (2006) o Libertador (2015); es adentrarse en el proceso creativo de uno de los más grandes artistas del siglo XX. Ver a Cruz-Diez con más de 90 años realizar obras, estar sentado frente a una computadora diseñando o en un café parisino con una copa de vino y todo esto muy lúcido es un agasajo.
En Free Color vemos también la importancia de la familia. Cruz Diez tenía claro que el arte tenía que ser algo familiar y la verdad es que posiblemente eso lo mantuvo tan fuerte en su afán por lograr colorear al mundo.
Lo que logró Cruz-Diez a nivel mundial está a la altura de los grandes artistas de distintas épocas; solo que el venezolano lo hizo mediante la forma y el color para llevar la retina a extremos increíbles; y crear ilusiones de las que muchos fueron opositores en el inicio y el supo batallar contra eso con una sonrisa.
Cruz-Diez y la grandeza que el país poco valora
Si vamos a la actualidad y vemos las intervenciones artísticas que están en momento “adornando” la ciudad, dista mucho de lo que lograron maestros como Cruz-Diez y Jesús Soto (con su esfera en la autopista que atraviesa Caracas), pero la verdad no se le ha dado la dimensión que merecen.
En Free Color vemos también la relación del artista con América. En el documental, vemos personajes como el actor Edgar Ramírez que sostiene una conversación breve con el artista. Cruz-Díez asegura que su amor por América se arraigó más al estar lejos de su terruño. Desde finales de los 50 se residenció en París, donde sabía que iba a poder ejercer su arte sin problemas.
“Las ideas intoxican, si no se materializan”, es una frase que me quedó en la cabeza hasta y es algo en lo que tiene razón. Free Color también sirve como una guía para sobrellevar una idea, realizarla y que no se acumule en la cabeza.
En los 67 minutos que tiene el documental terminas con una sensación de que faltó más y que el sueño de Cruz-Diez aún puede realizarse. En Venezuela tenemos la misión de rescatar la memoria a un artista que dejó el nombre del país en alto y en el que más allá de su museo ubicado en plena avenida Bolívar y de su intervención en Maiquetía que el mismo referenció como un “lugar que marcará el retorno de los que se fueron” falta algo más grande que sea igual a la grandeza del maestro.
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