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La portada de la revista Time del 31 de agosto de 1992 decía "gritos y susurros: la horrible explosión de una familia poco convencional", con un retrato de Woody Allen. La sórdida historia que involucraba a Allen y a quien había sido su pareja por años, Mia Farrow, había trascendido días antes. La parte más sensacionalista era la acusación de que el célebre director había llevado a su hija adoptiva Dylan, de entonces 7 años, a una especie de ático en la casa de Farrow en Connecticut y había abusado sexualmente de ella.
Allen negó vehementemente la acusación y nunca fue arrestado o acusado de algún crimen. A pesar de que algunos consideraron que su carrera terminaría ahí, han pasado más de 20 años y numerosas películas desde entonces. A sus 78 años sigue estrenando una cinta cada año, ganó su cuarto Oscar en 2012 por "Midnight in Paris" y está nominado nuevamente este año— su 24a nominación — por el guion de "Blue Jasmine". Ambas películas han sido su mayor éxito comercial en años.
De hecho es ese éxito comercial el que ha hecho que la acusación por el supuesto abuso vuelva a estar en el centro de atención. Allen recibió un premio por su trayectoria en los Globos de Oro en enero que incluyó un homenaje televisado y que provocó las críticas de Mia Farrow y su hijo Ronan Farrow. (Ronan, quien comienza su carrera en la televisión, se consideraba el hijo biológico de Allen hasta que recientemente Mia dijo que podría ser el hijo de Frank Sinatra).
El pasado fin de semana, Dylan Farrow, que hoy tiene 28 años, está casada y vive en Florida, escribió una emotiva carta abierta en la que acusa a Hollywood de encumbrar despiadadamente a su abusador. La carta revivió con un impresionante lujo de detalles la acusación de hace más de dos décadas, detalles que muchos parecían haber olvidado. A continuación un recuento de los momentos clave y los involucrados en una historia bastante comprometedora.