Armas de asalto estilo militar, metralletas como las que usaba la mafia en la década de 1920, bazucas de la Segunda Guerra Mundial e incluso escopetas recortadas pueden ser compradas sin problemas y de manera legal en algún lugar de Estados Unidos, entre muchos otros tipos de armas de fuego.
Esto es posible gracias al laberinto de estatutos respecto a las armas que hay en todo el país y la carencia de un mínimo estándar federal que fije los límites del control de armas en estados con leyes débiles.
Un análisis descubrió que hay miles de leyes, reglas y regulaciones a nivel local, por condado, estatal y federal. Las leyes y reglas varían por estado e incluso dentro de los propios estados, de acuerdo con una compilación de las leyes estatales de armas en 2011 realizada por la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego de Estados Unidos.
Estas leyes y regulaciones rigen a quien porta un arma de fuego, qué tipo de arma de fuego es legal, el número de municiones por cargador, entre otras cosas. En algunos lugares, una persona puede comprar cuantas armas desee.
Esta enredadera de leyes socava los esfuerzos de control de armas en comunidades con leyes más estrictas —e impulsa a quienes promueven controles más rígidos a buscar un estándar federal. Los defensores de los derechos de portar armas dicen que ejercer todas las leyes existentes tiene más sentido que aprobar nuevas medidas.
"Si uno regula algo a nivel local o estatal, aún puede convertirse en víctima de armas que llegan de otras localidades o estados", dijo Laura Cutilletta, abogada del Centro de Leyes para Prevenir la Violencia de Armas de Fuego, organización con sede en California.
En California, la mayoría de las armas llegan de Nevada, donde prácticamente no hay regulaciones sobre armas de fuego, dijo Cutilletta, y en Arizona los dueños de armas no necesitan un permiso para portarla.
El presidente Barack Obama previamente este mes anunció un plan de 500 millones de dólares para hacer más estrictas las leyes federales sobre control de armas. El tiroteo que acabó en masacre en Newtown, Connecticut, en diciembre pasado, donde murieron 20 niños y seis adultos en una escuela primaria, llevó al debate nacional el asunto del control de armas a un nivel como no se había visto en décadas.
Obama está pidiendo al Congreso que apruebe nuevas leyes, algunas de las cuales fijarían un estándar mínimo para el tipo de armas y de municiones que podrían estar comercialmente disponibles. Los senadores demócratas Patrick Leahy de Vermont y Dianne Feinstein de California presentaron nuevas propuestas esta semana para incrementar las penalidades por tráfico de armas e imponer una nueva prohibición para las armas de asalto.
El poderoso cabildeo en el tema de armas dice que el problema recae en la ejecución de las leyes existentes.
"Lo que genera la pregunta: ¿Por qué estamos haciendo más leyes si no las estamos ejerciendo las que ya tenemos?", dijo Andrew Arulanandam, portavoz de la Asociación Nacional de Portadores de Armas./AP
(KC)