En su último día como secretaria de Estado de EE.UU. Hillary Clinton llamó hoy al ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, para agradecer la respuesta de ese Gobierno al atentado contra la embajada estadounidense en Ankara.
La Casa Blanca y el Departamento de Estado condenaron hoy "en los términos más rotundos posibles" el ataque suicida en una de las entradas de la embajada, que causó dos muertos y varios heridos.
Clinton "ha expresado sus condolencias a Davutoglu por la pérdida de vidas, y él ha expresado una gran preocupación por el suceso", informó la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, en su conferencia de prensa diaria.
"Ella le ha agradecido la absolutamente excelente cooperación que hemos tenido de las fuerzas de seguridad turcas, que respondieron inmediatamente", añadió.
Ambos subrayaron la necesidad de seguir cooperando en la lucha contra el terrorismo en la región, agregó Nuland.
Clinton telefoneó a Davotoglu y también a su embajador en Turquía, Francis Ricciardone, en cuanto su personal le informó del atentado, que se produjo horas antes de que ella abandone su puesto como titular de Exteriores para pasar el relevo a John Kerry, quien jurará esta tarde su cargo.
Los asesores de Kerry fueron informados "en tiempo real" del suceso y le pusieron al corriente, indicó la portavoz.
El Departamento de Estado ha anunciado que abrirá una investigación sobre el atentado, aunque ésta "seguirá la pista de la ya iniciada por el Gobierno turco", aclaró Nuland.
Las autoridades turcas han identificado al responsable como el militante de ultraizquierda Ecevit Sanli, aunque el Gobierno de EE.UU. no ha podido por el momento comprobar si se trata realmente del autor, explicó la portavoz.
El Departamento de Estado tampoco maneja por el momento ninguna hipótesis sobre la posible motivación, y no ha encontrado por ahora pistas de que esté relacionado con la llegada a Turquía de ocho vehículos lanzadera de misiles "Patriot" de la OTAN para proteger al país de ataques desde Siria, añadió.
El atacante detonó un "chaleco bomba", según Nuland, y murió en el acto, matando también a un guardia de seguridad turco de 47 años.
En la explosión resultaron heridos levemente otros dos guardias que se encontraban detrás de un cristal a prueba de balas y una periodista que estaba en el lugar para pedir un visado estadounidense y que sufrió heridas graves y fue trasladada a un hospital de Ankara, aunque su vida no corre peligro.
Además, varios funcionarios estadounidenses y turcos resultaron heridos, pero fueron tratados y dados de alta, según Nuland, quien subrayó que el ataque se produjo "bastante lejos de donde se encuentra el edificio principal de la embajada".
"El nivel de protección de nuestras instalaciones en Ankara evitó que el número de muertos y heridos fuera significativamente más alto", aseguró.
No obstante, reconoció que Ankara se encuentra entre las ciudades en las que el Departamento de Estado quiere construir una nueva embajada por la antigüedad de las actuales instalaciones.
Tras el atentado del 11 de septiembre contra el consulado de EE.UU. en Bengasi (Libia), en el que murieron cuatro estadounidenses, el Departamento de Estado ha reforzado aún más la seguridad de sus puestos diplomáticos en todo el mundo. /EFE
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