¿Qué música se baila en Saturno? ¿Son talentosos los grillos? ¿Cómo suena lo nuevo de Johann Sebastian Bach? Quien busque respuesta a estas preguntas tiene una cita ineludible la próxima semana en Berlín.
La capital alemana, un centro mundial de música experimental, celebra por primera vez el festival "Música inhumana", un programa de conciertos, perfomances y debates en torno a una tendencia insólita: la música de origen no humano.
"El festival se articula en cuatro ejes: música de animales, de robots, de extraterrestres y de fenómenos casuales", explica a la agencia dpa Detlef Diederichsen, uno de los comisarios del proyecto (del 21 al 24 de febrero en la Casa de las Culturas del Mundo).
"Inventamos el término de ‘música inhumana’ para definir con un mismo concepto diversas líneas experimentales que hasta ahora no se habían estudiado en conjunto", agrega aludiendo a antecedentes como la música aleatoria, el movimiento artístico de vanguardia Fluxus o los experimentos con inteligencia artificial.
El recorrido por el programa arroja así una estimulante variedad de propuestas con un único punto común: sus protagonistas no humanos.
El saxofonista y filósofo David Rothenberg ofrece por ejemplo un recital junto a un coro de grillos, el artista multimedia Lillevan se regodea con los sonidos de los glaciares al derretirse y Tamer Fahri Özgönenc dirige una orquesta de 100 taladradoras.
Uno de los platos fuertes es el musicólogo estadounidense David Cope, padre de un software que analiza compositores clásicos y escribe nuevas obras imitándolos con un talento exquisito. Su concierto se titula: "El compositor bien programado: nuevas obras de Bach, Mozart y Mahler".
También la música "extraterrestre" tiene su lugar. La Spatial AKA Orchestra rinde homenaje al "jazz cósmico" de Sun Ra, músico británico que aseguró haber sido llevado a Saturno para traer a la Tierra la música de otros planetas. Además se estrenará "U", la primera ópera de Klingons (los humanoides de la serie "Star Trek").
En contra de lo que pueda parecer, el festival persigue mucho más que la provocación o la risa.
"La cuestión es si existe la creatividad musical más allá de las sinapsis humanas, por ejemplo cuando los pájaros o las ballenas cantan o cuando robots, fenómenos naturales o acontecimientos casuales producen sonido estructurado", define la muestra.
En resumen, completa Diederichsen, "la pregunta central es qué puede enseñarnos la música inhumana sobre la música humana".
El festival se integra en una investigación de dos años de duración titulada "Proyecto Antropoceno". El nombre alude a la teoría de que la acción del hombre impregna toda la naturaleza (el desierto tiene restos de emisiones contaminantes humanas, por ejemplo) y obliga a hablar de una nueva era geológica, el "antropoceno".
La Casa de las Culturas del Mundo, uno de las instituciones culturales más emblemáticas de Berlín, traslada ahora ese cambio de paradigma de las ciencias naturales al estudio de otros ámbitos como la cultura, la política y la vida cotidiana.
"En el caso de la música, buscamos un arte especialmente humano, en el que la creación tiene un valor casi sagrado", explica Diederichsen a dpa. "Queríamos ver qué pasaba si le quitábamos todo lo humano, qué quedaba".
El responsable de la sección de música de la Casa de las Culturas del Mundo adelanta otros dos festivales similares enmarcados en el Proyecto Antropoceno: uno dedicado a la "música del mal" (del 24 al 27 de octubre) y otro a la "música estúpida" (a principios de 2014).
"Con el primero queremos investigar el lado oscuro del hombre. Por qué el mal y la violencia tienen ese poder de fascinación. El segundo se pregunta por qué está tan extendido el deseo de no saber, de ocultar la verdad, y qué papel tiene la música en ese deseo", añade.
Hasta entonces, el ser humano se tomará un respiro y el escenario quedará en manos de animales, glaciares y robots./DPA
En Internet:
– Programa de "Música inhumana" (en inglés) – Video de presentación (en alemán) – "Proyecto Antropoceno" (en inglés)