Una propuesta del gobierno colombiano para la despenalización del consumo de drogas sintéticas en bajas cantidades comenzó a generar polémica con el anuncio del Partido Conservador, uno de los principales de la coalición de gobierno, de que no apoyará la iniciativa.
La sugerencia será presentada por el gobierno en un proyecto de ley para modificar el Estatuto de Estupefacientes, vigente desde 1986, según la ministra de Justicia, Ruth Stella Correa.
El proyecto establece por primera vez una cantidad mínima de drogas sintéticas que una persona puede llevar para su consumo, que equivale a hasta 200 miligramos o tres pastillas de derivados de las anfetaminas.
Según Correa, la iniciativa no modifica las dosis mínimas autorizadas desde hace varios años para el consumo personal de marihuana (20 gramos) y de cocaína (un gramo).
Además, el proyecto que prepara el gobierno obliga a todos los municipios del país a destinar parte de sus presupuestos para crear programas de prevención de consumo de drogas y tratamiento para los adictos.
"Debemos aceptar que Colombia es un país consumidor, esa también es nuestra realidad, y siendo un país consumidor, no podemos meter a la cárcel a los consumidores y debemos atenderlos", dijo la ministra.
El senador Efraín Cepeda, presidente del Partido Conservador, criticó el proyecto de ley y dijo que su colectividad no lo apoyará en el Congreso porque le parece que es un retroceso en la lucha contra las drogas.
"Para el Partido Conservador, esta es una decisión que afectaría a toda la sociedad, en especial a la juventud. No me imagino un escenario de despenalización en colegios y universidades. El solo hecho de pensarlo es como dar un salto al vacío", afirmó Cepeda.
El toxicólogo Camilo Uribe, miembro de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, comentó que el gobierno debe tener especial cuidado en definir cuáles son las drogas cuyo consumo sería despenalizado, pues dentro del escalafón de sintéticas hay medicamentos que se utilizan como sustancias psicoactivas.
Uribe dijo que regular el consumo de esas drogas es reconocer un problema existente, aunque expresó preocupación por la posibilidad de que eso genere en la sociedad un aumento en los niveles de adicción.
"El problema no es la cantidad que se permite o se sanciona, sino la frecuencia con la que una persona con problemas de adicción consume. El reto es cómo establecer que la dosis mínima es la cantidad que no hace daño", dijo Uribe al diario "El Tiempo"./DPA
(KC)