El gobierno argentino no controlaba el destino de los millonarios subsidios que le entregaba a la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), responsable de la formación que hace un año provocó una de las peores tragedias ferroviarias en la historia del país, con un saldo de 51 muertos.
El ex secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi, procesado por la Justicia, admitió hoy que el Ejecutivo de Cristina Fernández de Kirchner solo se preocupaba de que los trenes salieran en horario.
"No controlábamos si los dos pesos (en subsidios) se gastaban en rulemanes, sino si el tren salía temprano o tarde, si el asiento estaba roto, si un vidrio estaba en mal estado", dijo Schiavi en declaraciones a la radio Vorterix.
"Este es un contrato (con TBA) que desde el año 1996 ha tenido muchas penalidades. En 2009, 2010 y 2011 son los años que tienen mayor nivel de penalidades, de casi 70 millones de pesos, la mitad está en esos años", añadió el ex funcionario.
Según un informe del diario "El Cronista Comercial", entre 2005 y 2011 los subsidios del Estado a los trenes pasaron de 2.411 millones a 6.837 millones de pesos (unos 1.353 millones de dólares).
Schiavi aseguró que "ninguno" de los informes realizados por la Auditoría General de la Nación (AGN) recomendaba "la rescisión" del contrato con la concesionaria del tren Sarmiento, ramal en el que se produjo la tragedia cuando el tren chocó en la estación terminal de Once, una de las principales de Buenos Aires.
"La manera que el Estado tiene para cuidar los bienes es haciendo cumplir un contrato y entregando recursos en el caso de que la tarifa no pueda cubrir los recursos, y ahí aparece el tema de los subsidios, causa que se va a sustanciar en otro juzgado, para no mezclar toda la discusión", sostuvo.
"Trato de hablar de lo que fuimos viendo durante el tiempo del accidente. Lo que sabíamos era que había un servicio que tenía deficiencias, como la mayoría de los servicios ferroviarios de la Argentina, porque tienen un problema con muchísimos años con falta de inversión y aunque se pongan recursos desde 2003, muchas cosas no se han resuelto", explicó.
El ex funcionario dijo que no se arrepiente de haber asumido el cargo en su momento, aunque planteó: "La única autocrítica sería pensar en la Argentina cómo hacer para asumir en lugares críticos y complejos, teniendo en claro que uno se mete en un problema".
El 22 de febrero se cumplió un año de la tragedia. Ese día, con diversos actos y homenajes se recordó a las 51 víctimas y más de 700 heridos al cumplirse el primer aniversario del accidente. /DPA