La excavación arqueológica de Laifenggang fue nivelada por bulldozers la noche del 14 de junio, mientras contruían una extensión de la línea del metro en Guangzhou. Expertos dicen que es una tremenda pérdida al legado chino.
Antes de que los arqueólogos tuvieran la oportunidad de terminar sus excavaciones, cinco tumbas que datan de la dinastía Shang fueron arrasadas y convertidas en escombros. Esto sucedió durante la noche del 14 de junio, con el fin de dar paso a un nuevo trazado ferroviario de la línea de metro número 6 en la ciudad china de Guangzhou.
Cuando Tian Maosheng, un arqueólogo que trabajaba en el lugar, llegó por la mañana a ver una pieza de cerámica de finales de la dinastía Shang (1600 a. C.-1046 a .C.), encontró el sitio en ruinas y la pieza desaparecida. Había sido demolido y transformado en montículos de tierra amarilla, según el Daily News Express.
Las tumbas, unas de las reliquias que sobrevivieron ilesas a la Revolución Cultural de Mao Zedong, estaban datadas en el período Shang tardío y en el período de Primavera y Otoño, un lapso que abarca alrededor de 1.000 años. Esa temporalidad la hacía de más de 3.000 años de antigüedad.
Los arqueólogos dijeron que la destrucción del sitio significa una pérdida incalculable para el patrimonio chino. Decenas de piezas de cerámica y más de diez herramientas de piedra se habían desenterrado antes de la demolición. Estos artefactos habían arrojado una luz sobre la temprana cultura del sur de China, y en particular sobre los inicios del Reino de Nanyue, un antiguo Estado que incluía las provincias cercanas y lo que actualmente es el norte de Vietnam, según el Southern Metropolis Daily.
La Corporación de Metro de Guangzhou dijo que había obtenido previamente el permiso de la oficina de arqueología local para realizar trabajos de construcción cerca de las tumbas. La agencia respondió que a finales de mayo habían informado a la compañía de ferrocarriles sobre los límites de las reliquias y que no se había aceptado la demolición. Funcionarios ferroviarios dijeron que la destrucción de las tumbas había sido "un accidente" y que los trabajadores de la construcción no sabían que había cámaras funerarias en la ruta prevista, de acuerdo a NTD televisión.
Sin embargo, según Zhong, líder del equipo arqueológico contratado por el Instituto de Investigación Cultural y Arqueológico de la Ciudad de Guangzhou, era imposible no haber visto las tumbas. Señaló que había una cinta roja sellando la zona, señales de precaución fijadas en el suelo, y una lámina blanca de plástico sobre una de las tumbas.
"La lámina era muy grande. No creo que no la hayan visto", dijo. "Los trabajadores sólo destruyeron todo lo que estaba sellado dentro de la cinta blanca, y deliberadamente movieron a un lado nuestras herramientas arqueológicas antes de empezar a trabajar".
Cuatro días antes del incidente, los residentes de la misma ciudad, se despertaron con los ruidos de perforación y de sierras que derribaron dos reconocidos edificios históricos, a pesar de una orden del régimen para detener la demolición.
Jinling y Miaogao Terrace se habían construido en la década de 1.940 bajo el reinado nacionalista de Chiang Kai-shek, dándoles por ello un valor histórico. Los vecinos dijeron que la escena de la destrucción les recordó los bombardeos japoneses de China en la Segunda Guerra Mundial.
"Es inaceptable", comentó un internauta en Sina Weibo, la versión china censurada de Twitter: "El público tenía grandes esperanzas en preservar la cultura de Guangzhou, pero en cambio estamos profundamente decepcionados".
La protección de los edificios históricos por parte del Partido siempre fue precaria, de acuerdo con otros internautas. En el peor de los casos, se hará que las empresas constructoras paguen por daños que son fácilmente amortizados como parte de los costos de producción.
La forma en que los trabajadores de la construcción ignoraron la orden de retrasar la demolición, llevó a que varios residentes de Guangzhou se preguntaran si había una complicidad entre los trabajadores y los funcionarios locales.
Periódicos de Hong Kong señalaron que el representante legal de la empresa constructora es Peter Lam, presidente de la Hong Kong Tourism Board. También cuenta con un puesto en la Conferencia Política Consultiva del Pueblo Chino, un organismo oficial de nivel nacional que pretende asesorar al Partido Comunista. Los informes oficiales de China no mencionaron los vínculos políticos de Lam./ La Gran Época