DPA
En Filipinas la cifra de muertes que dejó a su paso el devastador tifón "Haiyan" el pasado 8 de noviembre no deja de aumentar y ya suma al menos 5.500 personas, según informaron hoy la oficina de prevención de catástrofes.
Además, 1.757 personas siguen desaparecidas. En tanto, se siguen rescatando cuerpos de entre los cascotes.
"Haiyan" arrasó miles de kilómetros cuadrados. Las costas de varias islas se vieron arrolladas por mareas de varios metros que destrozaron todo a su paso. Más de 26.000 personas resultaron heridas y hay tres millones y medio de desplazados. Asimismo, casi medio millón de viviendas quedaron destruidas.
Durante los próximos meses millones de personas dependerán para vivir de la ayuda que reciban. El material recibido sólo alcanzará hasta diciembre, según dijo el gobierno. La ayuda necesaria es mucho mayor, subrayó Naciones Unidas. "Se precisa tomar medidas que salven vidas y que afectan a la alimentación, el alojamiento y la reconstrucción de los puestos de trabajo y de importantes servicios en las áreas damnificadas", dijo la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Hay que asegurar la asistencia cuando los cooperantes internacionales se hayan ido, dijo.
El Ministerio de Infraestructuras comenzó con la construcción de casas prefabricadas. Allí 24 familias recibirán cada una una habitación de nueve metros cuadrados. La cocina y el baño serán comunes. Organizaciones que colaboran con la ONG Tierra de Hombres han comenzado en Tacloban los primeros programas de ayuda centrados en niños. En los próximos días Unicef iniciará una campaña para vacunar a 30.000 niños contra el sarampión y la polio. Esta campaña de vacunación está valorada en 1,5 millones de euros, que proceden en su mayoría de donaciones privadas.
En las comunidades más afectadas por el tifón como la de San José los cooperantes de Tierra de Hombres de Mindanao quieren construir unas instalaciones para acoger y proporcionar asistencia sanitaria a 960 niños. Voluntarios que han sido formados para ello se ocuparán de los pequeños, que tienen miedo o han perdido a sus familiares.