La posible intervención militar de EE.UU. en Siria ha desencadenado una nueva división en las tendencias políticas de América Latina, esta vez entre apoyar u oponerse al país norteamericano en su "respuesta" al Gobierno sirio, si bien prima un llamado a encontrar una salida no bélica al conflicto.
Las alianzas económicas y la cooperación militar que por años ha mantenido Estados Unidos en la región han generado una correspondencia política e ideológica en algunos países de la región, especialmente en Colombia, Panamá, México y Chile.
Estos países, que abiertamente han respaldado a las Administraciones estadounidenses en otras iniciativas, han permanecido al margen en esta ocasión por las consecuencias humanitarias que acarrearía una intervención, aunque su apoyo podría presentarse con soporte militar una vez inicie una ofensiva.
Algunos de ellos han abogado por el uso de las vías diplomáticas y apoyaron, principalmente Colombia y México, la gestión del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, "para promover el diálogo que ponga fin a las atrocidades vividas por la población siria como producto del enfrentamiento armado".
"México hace votos para que se respete el marco que nos hemos dado", que "es claro" y que "solamente permite como excepción a la regla que impide el uso de la fuerza, por un lado el derecho a la legítima defensa, y por otro, las operaciones que estén sancionadas por el Consejo", dijo el canciller mexicano, José Antonio Meade, al término de la cumbre del Grupo de los Veinte (G20), celebrada en San Petersburgo.
Sin embargo, la creciente tendencia de izquierdas al sur del continente ha desencadenado una oposición clara a las políticas del Gobierno de Barack Obama con referencia al "uso de la fuerza" como mecanismo de resolución de conflictos, además de un llamado humanitario para evitar una intervención militar extranjera.
El primero en oponerse fue el presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien con una carta dirigida a su homólogo estadounidense y su unión al ayuno convocado por el papa Francisco instó a Obama y al presidente de Francia, François Hollande, a "detener un ataque militar" bajo el argumento de que "ninguna guerra es justificable".
"No queremos una tercera guerra mundial, por nuestros hijos, nuestras hijas, pero no vayan a creer que porque los misiles van a caer en Siria (…) no va a influir en la vida del resto del planeta. ¡Claro que va a influir!", subrayó hoy el mandatario.
El Gobierno venezolano hizo además la convocatoria en la que los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que celebraron durante la semana anterior una reunión en Surinam, se opusieron conjuntamente al plan militar y pidieron esperar el dictamen de ONU sobre el uso de armas químicas.
Perú, por su parte, invocó "a todos los actores involucrados" en la crisis "a hacer uso eficaz de los mecanismos de seguridad colectiva previstos en la Carta de Naciones Unidas" y recordó que "los Estados tienen la obligación de abstenerse de recurrir a la amenaza o el uso de la fuerza".
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, siguió en esta línea al asegurar el jueves durante la reunión de G20 que la amenaza de EE.UU. de lanzar un ataque contra Siria muestra que el "multilateralismo" es, en realidad, "una ficción", y pidió que la ONU se pronuncie sobre esta crisis.
En la misma jornada, los viceministros de Relaciones Exteriores de Ecuador, Mario Albuja, y de Sudáfrica, Marius Fransman, que se reunieron en Quito, rechazaron una posible intervención militar foránea en Siria y formularon un llamamiento al diálogo interno entre todas las partes involucradas en el conflicto.
Como Argentina, otros países latinoamericanos exigieron una "posición clara y estratégica" de las Naciones Unidas para evitar la muerte de más ciudadanos sirios, que según los registros no oficiales superan los 100.000 en más de 29 meses de confrontaciones.
Costa Rica hizo un llamado al Consejo de Seguridad de la ONU para que "remita el caso a la Corte Penal Internacional" e instó a sus cinco miembros permanentes para que "no ejerzan" su poder del veto "para bloquear decisiones destinadas a prevenir genocidios, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad".
El izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), partido gobernante en El Salvador, advirtió que las acciones militares tendrían "gravísimas consecuencias" en Oriente Medio y exhortaron "a promover la búsqueda de soluciones pacíficas bajo los principios del Derecho Internacional".
Los quince miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom) condenaron también el uso de armas químicas en Siria, además de pedir a la comunidad internacional que no recurra a la fuerza militar para solucionar las confrontaciones que tienen lugar en el país árabe.
"Parece que Estados Unidos no aprende de los errores del pasado: la invasión unilateral a Irak que llevó a cabo el Gobierno del presidente George W. Bush fue un enorme error y fue repudiada por la inmensa mayoría de los Gobiernos del mundo", opinó el expresidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz 1987, Óscar Arias.
El Gobierno de Estados Unidos, por su parte, continúa a la espera de la aprobación de la plenaria Senado para iniciar lo que ha denominado una "intervención temporal" y "focalizada", que define además la credibilidad de Obama, luego de condenar "el asesinato" con armas químicas de más de 1.000 menores en Damasco./EFE
Viernes 6/9/2013